Marco Rose reacciona a la tarjeta amarilla-roja: un entrenador admite errores

Marco Rose reacciona a la tarjeta amarilla-roja: un entrenador admite errores

En el proceso de fútbol actual, un episodio del próximo juego principal causa emoción. El entrenador Marco Rose de RB Leipzig probablemente todavía había formulado buenas resoluciones para el juego contra Bayer Leverkusen, pero los pusieron a prueba después de un corto tiempo. Durante el juego, estas intenciones perdieron en un momento emocional: Rose vio la tarjeta amarilla-roja y tuvo que seguir la mayor parte del juego desde las gradas. Esto se repite una situación desagradable para el entrenador.

Rose ya se había reunido con el árbitro Matthias Jöllenbeck en el hotel antes del juego. En esta ocasión, prometió ser más disciplinado esta temporada. Pero la nueva regulación, que se controla más estrictamente, lo pone tensión en él. "Tengo que tomar eso por completo", explicó Rose al cielo de la estación de televisión. "Quería ponerme en contacto con él después de la primera tarjeta amarilla. No funcionó". Este episodio habla por sí mismo: queda claro que las emociones en el fútbol a menudo hierven y también pueden afectar los bancos de entrenamiento.

Un aspecto interesante en esta situación es la voluntad de las rosas para asumir la responsabilidad. Esta actitud es particularmente notable cuando consideras que ya había cuatro boletos amarillos para él la temporada pasada, lo que llevó a un castigo en las gradas. Su reacción a la tarjeta amarilla-roja fue honesta y reflejada: "Acepto la tarjeta amarilla-roja, puedo obtener una mejora. Lo soy. Cuando lo hago, también puedo agregarla".

No es la primera vez que los entrenadores se enfrentan a castigos duros, pero el compromiso público de Rose y la disposición de la autocrítica son contrastantes para las reacciones a menudo defensivas de otros en el deporte profesional. Esto podría considerarse en la comunidad de fútbol como un ímpetu para cambiar, especialmente en vista de las reglas estrictas que ahora se aplican a los entrenadores.

El desafío para Rose ahora es controlar sus emociones y adaptarse a las nuevas estructuras. El juego contra Leverkusen finalmente terminó con una victoria por 3-2 para Leipzig, un éxito, que, sin embargo, se vio nublado por la pérdida del entrenador en los últimos minutos del juego. Además de la responsabilidad deportiva, los entrenadores también están en la línea de fuego que tienen como objetivo aumentar la disciplina en el juego.

Su apariencia debería ser una lección tanto para los fanáticos como para los compañeros de equipo de Rose: las emociones son una parte integral del fútbol, pero deben permanecer en un marco ordenado. Rose es consciente de este desafío y ya se sabe que observa mejor las reglas en el futuro para obtener el máximo de su papel como entrenador.

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