Chatarra del espacio: Bonn analiza las soluciones para la amenaza de nuestras órbitas
Chatarra del espacio: Bonn analiza las soluciones para la amenaza de nuestras órbitas
La chatarra de espacio no es solo un peligro para los satélites
La amenaza de la chatarra espacial es un problema cada vez más urgente. Los expertos no solo advierten sobre los riesgos que representan para los satélites y el espacio, sino también de los efectos de lejano en la infraestructura en la Tierra. En una conferencia actual en Bonn, los científicos de más de 30 países discutieron estrategias para hacer frente a este problema global.
La chatarra espacial incluye una variedad de objetos que se encuentran en el flash de la tierra y ya no son funcionales. Esto incluye, por ejemplo, apagar satélites, niveles superiores de cohetes obsoletos y objetos que se perdieron en operaciones externas en la Estación Espacial Internacional (ISS). Sin embargo, la mayoría de los desechos espaciales consisten en escombros que han surgido de colisiones y explosiones. Desde el primer satélite Sputnik en 1957, se ha acumulado una enorme cantidad de basura, con estimaciones de alrededor de 40,000 objetos catalogizados en la órbita.
El síndrome de Kessler y sus consecuencias
Un tema central en la discusión es el llamado síndrome de Kessler, que fue descrito por un empleado de la NASA en 1978. Este escenario describe una reacción en cadena que puede ser desencadenada por colisiones en el espacio, lo que en última instancia podría conducir a que partes de los cuerpos de la Tierra se vuelven inutilizables. Esto tendría graves efectos en la comunicación y la navegación en la Tierra, así como en los viajes espaciales tripulados. Los científicos advierten que la probabilidad de tales colisiones aumenta debido a la creciente densidad de objetos en órbita y que algunos ya han tenido lugar, como la colisión entre un satélite estadounidense y ruso en 2009.
Los efectos en la tierra
Los peligros de la chatarra espacial no solo se limitan al espacio. Las partículas que se liberan en la atmósfera de la Tierra cuando se queman satélites podrían influir en el equilibrio de calor de la atmósfera y posiblemente impulsar el cambio climático global. El polvo de metal hecho de satélites en particular podría entrar en la estratosfera y tener efectos nocivos en la capa de ozono.
La necesidad de acción es alta
La necesidad de acción para reducir los desechos espaciales es grande. Los expertos desarrollan estrategias para minimizar la basura nueva y eliminar los desechos existentes. Esto incluye la idea de traer de vuelta satélites usados de manera controlada o eliminar técnicas especiales, como una eliminación de desechos espaciales de regiones sobrecargadas. A pesar de estos desafíos, se espera que la población satélite aumente a más de 60,000 para 2030, lo que subraya aún más la necesidad de soluciones sistemáticas.
En vista de la complejidad y la urgencia de la situación, es crucial que la cooperación internacional y las tecnologías innovadoras sean promovidas para detener el aumento no controlado de los desechos espaciales. Las medidas que se toman hoy podrían tener un impacto duradero en el futuro de los viajes espaciales y la seguridad en la Tierra.