Proveedor de servicios hoteleros en Freising se enfrenta a la quiebra: ¡el salario mínimo como detonante!
BMC Hotelservice de Freising se declara en quiebra debido al aumento de los costes salariales y las dificultades de ajuste de precios.

Proveedor de servicios hoteleros en Freising se enfrenta a la quiebra: ¡el salario mínimo como detonante!
La industria hotelera bávara se enfrenta a importantes desafíos, que se ven agravados por el aumento de los salarios y una tensa situación económica. Un ejemplo actual de Freising ilustra el problema: el BMC Hotelservice & Service GmbH se declaró en quiebra ante el tribunal de distrito de Landshut. Las razones son complejas, pero el aumento de los costes salariales, especialmente en relación con el salario mínimo actual de 12,82 euros por hora, juega un papel decisivo. La empresa emplea a unas 50 personas y está especializada en limpieza y servicios en el sector hotelero.
Parece que BMC, con más de 30 años de experiencia en la industria, tiene muchos negocios, pero la realidad económica sigue siendo dura. El abogado Marc-André Kuhne, nombrado administrador concursal provisional, subraya que BMC no es en modo alguno un caso aislado. Muchas empresas del sector sufren problemas similares. Los contratos a largo plazo con clientes dificultan los ajustes rápidos de precios y provocan cuellos de botella de liquidez que son cada vez más graves.
El impacto del salario mínimo en la industria
BMC no es la única empresa que tiene que afrontar las consecuencias del aumento del salario mínimo. El turismo bávaro en su conjunto emplea a más de 360.000 personas, de las cuales más de la mitad trabajan en sectores con salarios bajos. Con el próximo aumento gradual del salario mínimo hasta 13,90 euros a partir de enero de 2024 y 14,60 euros en 2027, muchas empresas esperan elevados costes adicionales que no siempre se pueden trasladar fácilmente a los huéspedes.
Theresa Albrecht, directora del Hotel zur Post en Rohrdorf, se muestra preocupada por la explosión de los costes salariales. "No podemos simplemente aumentar los precios y, por lo tanto, muchos hoteles están al borde de la quiebra", advierte. Su voz es compartida por muchos en el sector, porque los elevados impuestos y, en particular, el IVA del 19 % sobre los alimentos, suponen una carga adicional para el sector de la restauración. En comparación, en Austria sólo se aplica el 10%, lo que se percibe como competencia desigual.
Acción y reacción en política.
Ante estos desafíos, el ministro federal de Trabajo, Hubertus Heil, incluso pide un salario mínimo de 15 euros, lo que encuentra resistencia por parte de muchos restauradores. Las asociaciones empresariales y la asociación de restauración DEHOGA advierten de nuevas dificultades económicas, mientras que los sindicatos, representados por la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), apoyan el aumento como un paso necesario para los empleados de la hostelería.
La situación es compleja: hay numerosos trabajadores temporales, mini-jobbers y personas con discapacidad en la industria, todos los cuales se ven afectados por los aumentos salariales. Un aumento creciente del salario mínimo también podría desencadenar un debate sobre los salarios de los trabajadores cualificados bien remunerados, complicando aún más la cuestión. Empresarios como Natalie Mammel, de Tubinga, que se enfrentan a buenas operaciones comerciales en su restaurante, señalan también que el aumento de los costes y posibles nuevas distorsiones de la competencia representan una grave amenaza.
En este momento crítico, en el que se mantienen conversaciones entre operadores hoteleros, clientes e inversores para estabilizar las operaciones, queda por ver cómo se desarrollará la situación. Una cosa es segura: los hoteles y los proveedores de servicios se encuentran en una encrucijada en la que tienen que encontrar el equilibrio entre unos ingresos justos y la viabilidad económica.