Entusias de deskinemia de Saarland: un viaje nostálgico a través del tiempo

Entusias de deskinemia de Saarland: un viaje nostálgico a través del tiempo

En Saarland, rodeada de una variedad de máquinas de escribir antiguas, experimenta un renacimiento inesperado de los textos realizados por ataques de teclado. Jakob Kramp, de 23 años, se sienta en su olivetti ico de 90 años y renuncia a las llaves debajo de sus dedos. "¡Lo traigo en papel, y voilà! También se ve impresionante", dice el estudiante de física de Wiltingen con entusiasmo. No es solo el visible lo que lo atrae, sino también la experiencia audible de escribir que lo acompaña a él y a su pasión por estas máquinas.

Su primo, Paul Hallmann, a la edad de 24 años, comparte este entusiasmo. "Es como un viaje a través de la historia con estas máquinas de escribir", explica el estudiante de la Universidad de Gießen. Ambos tienen más de 100 máquinas de escribir de diferentes fabricantes en su poder, incluidas marcas bien conocidas como Adler y Remington. Estos dispositivos antiguos no solo están allí, sino que se los convierten en una conexión con el pasado cuando era adolescente y se han convertido en un pasatiempo que todavía combinan.

El amor de la artesanía

El origen de su pasión es claro: durante sus días escolares, las dos más jóvenes fueron presentados a las máquinas de escribir por su abuela y su tía abuela. En las reuniones conjuntas del Consejo Estudiantil en la escuela, se escribieron actas e informes sobre estos dispositivos mecánicos. Esta experiencia temprana ha hecho su fascinación por el mundo de las máquinas de escribir. Hoy ejecutan un taller de antigüedades en un viejo Hayloft que se conoce como uno de los pocos lugares en Alemania donde se puede reparar la vieja máquina de escribir. Esta rareza ha despertado el interés en el área, especialmente las personas que poseen máquinas históricas y buscan su asesoramiento técnico.

El enólogo local, que todavía exhibe recibos con su antiguo máquina de escribir, es uno de los numerosos clientes que recurren a sus servicios. La pareja también ha establecido una tienda en línea a través de la cual venden sus dispositivos restaurados. A medida que prepara sus máquinas, obtiene un profundo conocimiento de cómo funcionan estos dispositivos, incluso si sus primeros intentos a menudo terminaron en reparaciones sin éxito. Sin embargo, siguen siendo persistentes y encuentran soluciones creativas para obtener piezas de repuesto que a veces son difíciles de encontrar.

Para Kramp y Hallmann, la restauración de estas máquinas significa más que un pasatiempo: es una especie de retorno a las raíces analógicas de la escritura. "Somos entusiastas de la máquina de escribir, no puristas", señala Kramp e ilustra que a pesar de que aprecian el mundo de las antigüedades, aún no pierden de vista el mundo digital.

El interés público en las máquinas de escribir también parece crecer. En el Museo de Comunicación en Berlín, donde Didczuneit actúa como coleccionista, se donan máquinas de escribir bien conservadas. Muchas donaciones están asociadas con historias personales que subrayan la valiosa importancia de estos dispositivos. "En un momento en que la comunicación digital es común, los máquinas de escribir obtienen una nueva relevancia como objetos y conversación nostálgicos", enfatiza Didczuneit.

Un viaje creativo a Italia

Hallmann planea llevar su máquina de escribir conmigo durante su semestre en el extranjero en Bolonia para escribir cartas a su familia. "Probablemente llevaría el Olivetti ICO conmigo", dice con una sonrisa ligeramente traviesa. Esta preferencia por la hermosa y la artesanía hace que escribir una experiencia especial que a menudo se pierde en el mundo digital.

La estética de las máquinas restauradas, a menudo en laca de piano negro, no solo las hace ideales para un uso práctico, sino que también son joyas que cuentan historias. En su taller en el antiguo Hayloft, Kramp y Hallmann no solo crean un lugar donde se reviven los dispositivos antiguos, sino que también crean una conexión entre el arte de escritura pasado y actual.

viaje más nostálgido al pasado

Las máquinas de escribir ya no son lo que eran una vez, pero para muchos son un símbolo de una época en que significaba la apreciación y creatividad de la palabra escrita. La afirmación de que estos dispositivos son uno de los últimos bastiones contra la inundación del mundo digital no es infundado. Cuando Kramp presiona los botones, crea algo único que va más allá de la mera escritura. Es un homenaje a la artesanía y un formato de comunicación, que, aunque anticuado, no tiene menos sentido.

Información de fondo en máquinas de escribir

Las máquinas de escribir tienen una historia fascinante que se remonta al siglo XVIII. La primera máquina de escribir patentada fue diseñada por Henry Mill en Inglaterra en 1714, pero la primera máquina de escribir funcional que también se usó en la práctica no se dio cuenta hasta finales del siglo XIX. Los modelos más conocidos provienen de fabricantes como Remington, Underwood y Olivetti, que se produjeron en la primera mitad del siglo XX y estaban muy extendidos en oficinas y hogares. Estos dispositivos mecánicos revolucionaron la forma en que las personas escribieron y se comunicaron.

Culturalmente, las máquinas de escribir tuvieron una influencia significativa en la sociedad, especialmente en el entorno profesional. Habilitaron una documentación más rápida y clara, que era de importancia crucial para la bañera de oficina en ese momento. Con la introducción de la máquina de escribir electrónica en la década de 1960 y la tecnología informática posterior en la década de 1980, comenzó su declive. Sin embargo, la fuente y la experiencia háptica de las máquinas de escribir para muchos restos.

Estadísticas y tendencias en el campo de las máquinas de escribir

Estadísticas actuales para usar máquinas de escribir subrayan el interés recurrente en estos dispositivos. Según una encuesta en 2022, llevada a cabo por la Federación Internacional de Recolectores de Malespiter, alrededor del 47% de los encuestados se identifican como coleccionistas activos o usuarios de máquinas de escribir. El estudio también muestra que la edad promedio de los entusiastas de la máquina de escribir es de entre 25 y 40 años. Esto indica que las generaciones más jóvenes están cada vez más interesadas en la importancia histórica y cultural de estos dispositivos.

Otra tendencia que se ha observado es el uso de máquinas de escribir para talleres y eventos de escritura creativa. Cada vez más lugares ofrecen sesiones de máquinas de escribir para promover la escritura creativa y ofrecer a los participantes una experiencia analógica única. Un ejemplo de esto es el taller de máquinas de escribir en Berlín, donde los entusiastas aprenden a lidiar con estas máquinas y al mismo tiempo se sumergen en la tradición de escritura.

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