Una despedida para resi weig: una vida en dedicación y agricultura
Una despedida para resi weig: una vida en dedicación y agricultura
Resi Weig de Ottenrieth, quien murió pacíficamente en casa el 31 de julio a la edad de 81 años, deja no solo dolor con su familia, sino también con toda la comunidad, que lo ha dado forma durante muchos años. Su funeral tuvo lugar el sábado pasado en el Lennesriher Friedhof, después de una ceremonia de medición emocional en la Iglesia de Jakobus.
La feria funeraria fue celebrada por el pastor Norbert Götz de Waldthurn, con el padre Witold del monasterio Felix en Neustadt y Der Waldnaab lo apoyó. Un momento especial de la ceremonia fue el acompañamiento musical del coro de la iglesia de Waldthurn, que, bajo la dirección de Georg Schmidbauer, tocó a los presentes con sonidos móviles.
Resi Weig creció como el quinto de ocho niños en una familia de agricultores y experimentó muchos desafíos y alegrías asociados con la vida en el país. Junto con su esposo, Konrad Weig, ella manejó la granja de los padres y cuidó a los cuatro hijos juntos: Monika, Konrad, Margit e Irmgard. Su forma de vida estaba firmemente arraigada en las tradiciones de la agricultura, que el pastor Götz elogió particularmente en su discurso al señalar que trajo la "cosecha de su propia vida".
Además de su trabajo en la granja, Weig se involucró activamente en varios clubes y fue un participante habitual en el servicio dominical. Estas actividades contribuyeron a promover la cohesión dentro de la comunidad. Su compromiso con la comunidad y su fe no solo dieron forma a su propia vida, sino también a la vida de las personas que los rodean.
En los últimos años de vida, Resi Weig sufrió habilidades intelectuales en declive. A pesar de estos desafíos, pudo permanecer en la cancha local gracias al cuidado amoroso de su familia. Durante su funeral, muchas personas estuvieron presentes que le mostraron el último honor y se despidieron de una mujer que dejó una impresión duradera a través de su vida y trabajo.
La muerte de Resi Weig no es solo una pérdida para su familia, sino también para el municipio de Ottenrieth, que ella lo apoyó y formó activamente. Su vida simboliza los valores de comunidad, tradición y compromiso, que son tan importantes en las regiones rurales. Las muchas personas que los conocieron honrarán a sus recuerdos.
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