Los grandes almacenes Abt en Ulm cierran después de 146 años: ¡una pérdida para la ciudad!

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Los tradicionales grandes almacenes Abt en Ulm cierran después de 146 años debido al cambio en la situación competitiva.

Das traditionsreiche Kaufhaus Abt in Ulm schließt nach 146 Jahren aufgrund der veränderten Wettbewerbssituation.
Los tradicionales grandes almacenes Abt en Ulm cierran después de 146 años debido al cambio en la situación competitiva.

Los grandes almacenes Abt en Ulm cierran después de 146 años: ¡una pérdida para la ciudad!

Una era llega a su fin: los tradicionales grandes almacenes Abt en Ulm cierran sus puertas después de 146 años. La decisión se tomó el miércoles por la tarde, después del cierre de la tienda, cuando a las 19.30 horas los aproximadamente 50 empleados presentes fueron informados de su suerte. Un momento conmovedor que provocó muchas lágrimas y consternación, ya que muchos empleados han pasado toda su carrera en esta rama.

Los grandes almacenes fueron fundados en 1879 por Carl Abt como ferretería. Con el tiempo, la gama se amplió para incluir artículos para el hogar, juguetes y artículos de papelería. Desde coronas de paja hasta navajas y vajillas de alta calidad: en Abt había algo para todos los gustos. La generación mayor, en particular, valoraba los grandes almacenes como un punto de contacto indispensable, similar a lo que representa Amazon para los más jóvenes. El cierre no sólo supone una pérdida para los clientes, sino también para el centro de la ciudad, donde el comercio minorista está sometido a una presión cada vez mayor.

Situación competitiva modificada.

La adquisición por parte de la farmacia Müller en 2018 ya fue una señal de las dificultades que atravesaba el gran almacén. Después de la quiebra, esta solución inicialmente parecía prometedora, pero el concepto de grandes almacenes independientes resultó insostenible. "El cambio en la situación competitiva", afirma Müller, obliga a cerrar la empresa. La competencia del comercio minorista en línea y la caída del volumen de clientes están contribuyendo a un entorno de mercado cada vez más difícil.

En el centro de Ulm y en muchas otras ciudades hay una tendencia preocupante: cada vez más comerciantes se dan por vencidos. Según las estadísticas actuales, los jóvenes están cada vez menos interesados ​​en ir de compras a la ciudad. En 2015, el 75% de las personas menores de 30 años valoraban el centro de la ciudad como lugar para hacer compras; en 2021 fue solo el 40%. El comportamiento de los consumidores ha cambiado y la pandemia del coronavirus ha intensificado aún más esta evolución. En particular, la ropa y los productos electrónicos se compran ahora con mayor frecuencia en línea.

Impacto en la población activa y el centro de la ciudad

En la reunión de cierre, los empleados expresaron sus preocupaciones sobre el futuro. Muchos de ellos no sólo temen por su existencia, sino también por la apariencia del centro de la ciudad. El alcalde Martin Ansbacher habló de la necesidad de un uso posterior adecuado del edificio. Si cierran grandes almacenes históricos como Abt, el centro de la ciudad corre el riesgo de perder su atractivo.

Hay ofertas para contratar empleados en otras sucursales, pero los detalles aún no se han anunciado. El cierre no es sólo un recorte económico, sino también emocional. El personal ha desarrollado fuertes vínculos con los clientes a lo largo de los años, y la lealtad de la clientela mayor refleja la calidad y confianza que los grandes almacenes han irradiado durante más de un siglo.

Kaufhaus-Abt es otro ejemplo de cómo está cambiando la cultura de las compras. Se espera que el centro de la ciudad pierda importancia, pero mucha gente todavía quiere una experiencia de compras animada que también incluya restaurantes y actividades de ocio. Los grandes almacenes no eran sólo un lugar para ir de compras, sino también un lugar de encuentro para muchas personas de diferentes generaciones.

Finalmente, sólo nos queda esperar que la ciudad y sus responsables encuentren una solución para darle una nueva vida a la propiedad vacía. Porque lo que la gente de los centros urbanos quiere es más que un simple lugar para comprar: se trata de calidad de vida, comunidad e identidad.