El pabellón de caza de Bismarck: ¿paraíso fiscal para 21 empresas en el bosque de Sajonia?

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En Sachsenwald se investigaron 21 empresas que levantaban sospechas de evasión fiscal. ¿Dónde está la transparencia?

Im Sachsenwald fanden Ermittlungen zu 21 Unternehmen statt, die Verdacht auf Steuervermeidung erregten. Wo bleibt die Transparenz?
En Sachsenwald se investigaron 21 empresas que levantaban sospechas de evasión fiscal. ¿Dónde está la transparencia?

El pabellón de caza de Bismarck: ¿paraíso fiscal para 21 empresas en el bosque de Sajonia?

En el corazón de Sachsenwald, donde reina la naturaleza y la paz de los bosques, se encuentra un tranquilo pabellón de caza que en los últimos meses ha sido objeto de acalorados debates. En octubre de 2022, la revista ZDF Royale y la iniciativa "Pregunte al Estado" revelaron que al menos 21 empresas habían registrado su sede en este discreto edificio de la familia von Bismarck. Todas las empresas afectadas rechazaron las acusaciones de que se trataba de empresas fantasma utilizadas para evadir impuestos, como informó ln-online.de.

Una mirada a las condiciones locales muestra un antiguo pabellón de caza junto al estanque, rodeado de un denso bosque. La ubicación está reservada a dos categorías de empresas: sociedades gestoras y holdings. Aves One GmbH, con sede en Hamburgo, es un ejemplo importante; En esta dirección gestiona ocho filiales, todas las cuales han trasladado aquí su sede. ¿Por qué? La tasa del impuesto comercial en esta zona no incorporada es del 275 por ciento, lo que es extremadamente favorable en comparación con Hamburgo (470 por ciento). Esto es un éxito para las empresas que quieren optimizar su carga fiscal, como explica fragdenstaat.de.

Paraíso fiscal en Sachsenwald

La percepción pública de las empresas radicadas en Sachsenwald tiene cada vez más la impresión de ser un paraíso fiscal. Gregor von Bismarck, tataranieto del ex canciller Otto von Bismarck, es considerado el operador de este modelo. Como propietario de tierras, él mismo puede determinar el tipo del impuesto comercial y, en gran medida, se lo ha hecho cómodo. Aunque algunas empresas anuncian sostenibilidad, el uso real de las oficinas de la cabaña sigue siendo cuestionable. Una cámara de vida silvestre documentó poca o ninguna actividad comercial activa en ocho semanas: 25 personas fueron identificadas como presumiblemente turistas. También se enviaron cartas a empresas locales a direcciones alternativas de la administración de Bismarck, lo que generó preocupaciones sobre la transparencia.

El tema también es objeto de acalorados debates en el ámbito político. El gobierno estatal está planeando una reestructuración de áreas no incorporadas para asignarlas a unidades municipales y sujetarlas a regulaciones legales. La esperanza es que se establezcan la transparencia y las prácticas fiscales justas, lo que no es una tarea fácil, como lo demuestran los acontecimientos en toda Alemania. La evasión fiscal a través de este tipo de estructuras corporativas no es en absoluto un caso aislado y provoca importantes pérdidas de ingresos para los municipios, estimadas en alrededor de mil millones de euros en Alemania, como destaca tagesschau.de.

Un diálogo sobre la responsabilidad

El problema que surge aquí tiene implicaciones sociales y financieras de largo alcance. Si bien la empresa Aves One opera con éxito con sus participaciones en Sachsenwald, aún queda la pregunta de hasta qué punto se ve afectado el bien común aquí. El dumping fiscal es un tema delicado que se debate no sólo a nivel local sino también a nivel nacional. Se requieren modelos de reversión de impuestos para los impuestos comerciales a fin de contrarrestar la evasión fiscal con un marco legal claro. Una medida que parece urgentemente necesaria si queremos evitar abusos y condiciones de competencia desleal.

En general, muestra que Sachsenwald no es sólo un lugar de riqueza natural, sino también un punto focal para debates económicos, desafíos regulatorios y cambios a largo plazo. La responsabilidad no sólo recae en el propietario de la tierra, sino también en los medios de comunicación y los políticos, que tienen que lidiar con estas complejas relaciones. Queda por ver cómo evolucionará la situación.