Cosecha de la vergüenza: ¡El juicio revela la explotación de los recolectores!
Comienza en Francia el juicio contra la trata de personas y la explotación de los trabajadores de la cosecha en la producción de champán.

Cosecha de la vergüenza: ¡El juicio revela la explotación de los recolectores!
Hoy comienza en Francia un importante juicio que saca a la luz el lado oscuro de la producción popular de champán. En el tribunal regional de Châlons-en-Champagne se examinan la trata de personas y el trabajo ilegal, que están de moda en el sector. Ya se habla mucho de la “vendimia de la vergüenza”, que trata de las escandalosas condiciones laborales de muchos trabajadores de la cosecha. Estas quejas afectan principalmente a trabajadores de países como Malí, Senegal y Mauritania, que viven en condiciones catastróficas y a menudo tienen que trabajar sin documentos de residencia. Según pz-news.de, en septiembre de 2023 la policía se dio cuenta de que unos 60 trabajadores de la cosecha vivían en condiciones que apenas mostraban dignidad humana.
Los trabajadores de la cosecha, que a menudo viven en condiciones insalubres, ni siquiera reciben los 80 euros diarios prometidos y tienen que contentarse con mucho menos. Maxime Cessieux, abogado que representa a muchos de estos trabajadores afectados, habla de una forma moderna de esclavitud. En el muelle no sólo se encuentra una empresa de colocación de ayudantes agrícolas, sino también su director general, dos reclutadores y una empresa vitivinícola. Esto plantea la pregunta: ¿Cómo puede una industria que encarna un símbolo del estilo de vida francés permitir una explotación tan abismal?
Perspectivas sobre la realidad del trabajo estacional
Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el inmenso negocio que se esconde detrás del brillo de la botella de champán. En 2022, las ventas de la industria del champán superarán los seis mil millones de euros y se necesitarán más de 100.000 temporeros cada año para cosechar las uvas en las aproximadamente 34.000 hectáreas de superficie cultivada. El trabajo en los viñedos está estrictamente regulado según las normas legales, pero muchos trabajadores denuncian salarios bajos y malas condiciones. Informes ZDF que los trabajadores temporeros como Youssef ya han tenido experiencias en las que los clientes simplemente desaparecieron después de terminar el trabajo sin pagar un centavo.
Además, el trabajo no se ve facilitado por el esfuerzo físico y la necesidad de vendimiar cada uva a mano. Entre los trabajadores temporeros extranjeros, que a menudo son contratados en estaciones de tren o en parques, hay muchos solicitantes de asilo que tienen que trabajar en condiciones extremas. El veredicto de sindicalistas como José Blanco es claro: existe un sistema de explotación, y en él la industria y las autoridades tienen parte de responsabilidad.
Responsabilidad social y perspectiva.
Los problemas en la industria del champán no son nuevos. Los sindicatos y las asociaciones sociales subrayan que los agravios actuales no son aislados. Ya en 2018 hubo informes de que 125 trabajadores agrícolas extranjeros padecían condiciones similares. La Liga Francesa de Derechos Humanos (LDH) señala que las granjas son a menudo zonas sin ley. La situación actual no sólo requiere un replanteamiento de la industria, sino también del gobierno.
La dependencia de la agricultura de los temporeros extranjeros es cada vez más evidente, como lo subraya claramente un análisis de landwirtschaft.de. Esta situación laboral se refleja no sólo en la vendimia, sino también en toda la economía agrícola, donde cada vez menos alemanes están dispuestos a asumir trabajos tan exigentes físicamente.
La presión sobre los productores de champán va en aumento, no sólo por la mala imagen que crean tales informes, sino también por la creciente competitividad de productos como el Prosecco. Los fabricantes deben mejorar su enfoque de las condiciones laborales para satisfacer la creciente necesidad de un consumo ético y sostenible.