La familia Schlecker tiene que pagar 800.000 euros por insolvencia: ¡el fin de una tragedia!
La familia Schlecker tiene que pagar 800.000 euros en concepto de daños y perjuicios, 13 años después de la quiebra del imperio de las farmacias.

La familia Schlecker tiene que pagar 800.000 euros por insolvencia: ¡el fin de una tragedia!
La historia del que alguna vez fue el imperio farmacéutico más grande de Europa, Schlecker, encuentra otro capítulo: 13 años después de la quiebra, la familia empresarial en torno a Anton Schlecker tiene que pagar una multa elevada. El tribunal regional de Zwickau ordenó el pago de 800.000 euros en concepto de indemnización a la empresa de trabajo temporal “Meniar”, que en su día trabajó para Schlecker. Esta suma es el resultado de un acuerdo que el Tribunal Regional Superior de Dresde propuso como solución después de que estuviera sobre la mesa la cantidad inicialmente solicitada de 1,35 millones de euros. La multa marca el fin de los litigios que han acompañado a la familia Schlecker en los últimos años después de que se declarara en quiebra en 2012, como informa Merkur.
La historia de Schlecker comenzó en 1975, cuando Anton Schlecker lanzó su cadena de farmacias. En su mejor momento, la empresa era un auténtico gigante del sector con más de 50.000 empleados y una impresionante facturación de 6.550 millones de euros en 2010. Pero los lados oscuros de la historia de la empresa son enormes. Según se informa, Schlecker ya era insolvente en 2009, pero no se declaró en quiebra hasta 2012, cerró más de 2.000 tiendas y perdió alrededor de 25.000 puestos de trabajo, en su mayoría mujeres. Estas circunstancias conciernen no sólo a los historiadores, sino también al poder judicial.
Consecuencias jurídicas para la familia Schlecker
El administrador concursal de “Meniar” había tomado medidas estrictas contra la familia Schlecker en el pasado, después de que se supiera que habían recibido varios millones de euros de la empresa de trabajadores temporales antes de su quiebra. En el marco de la investigación se formularon graves acusaciones contra Anton Schlecker, que finalmente desembocaron en un proceso por abuso de confianza, retraso en la insolvencia y quiebra. En 2017, sus hijos Christina, así como Lars y Meike, fueron condenados a prisión por estos delitos, mientras que el propio Anton escapó con sentencia suspendida. Recientemente cumplió 80 años, pero su pasado como empresario permanecerá con él durante mucho tiempo, como deja claro Tagesschau.
Las turbulencias legales que rodean a la familia Schlecker son un ejemplo impresionante de los desafíos que pueden surgir de las insolvencias corporativas. Una mirada a las estadísticas muestra que en 2024 en Alemania se declararon en quiebra 21.812 empresas, un aumento de alrededor del 22 por ciento en comparación con el año anterior. Las empresas que llevan mucho tiempo en el mercado se ven especialmente afectadas. En total, más de 23.000 antiguos autónomos se declararon en quiebra debido a deudas, lo que ilustra las dramáticas consecuencias económicas de los últimos años, como informa IFM Bonn.
El caso Schlecker seguramente permanecerá entre nosotros durante mucho tiempo, no sólo por las sumas que estaban en juego, sino también por el impacto de gran alcance en la sociedad, en particular por los puestos de trabajo que se perdieron como resultado de los numerosos cierres de sucursales. Las secuelas de la fase de quiebra permanecerán en la memoria de la gente durante mucho tiempo.