¡El político verde Lang está presionando por los derechos humanos en la ley de la cadena de suministro!
Ricarda Lang pide una mayor protección de los derechos humanos en la ley de la cadena de suministro de la UE. El acuerdo entre los estados es inminente.

¡El político verde Lang está presionando por los derechos humanos en la ley de la cadena de suministro!
La presión sobre el gobierno federal está aumentando: Ricarda Lang, una destacada política del Partido Verde, no se anda con rodeos en la disputa de la coalición sobre la ley de la cadena de suministro europea. Deja claro que el SPD no puede quedarse de brazos cruzados mientras Friedrich Merz, canciller de la CDU, cuestiona la ley en su forma actual. Lang explica por qué la legislación europea es tan importante para unas condiciones justas en la producción. "Los consumidores en Europa deberían poder estar seguros de que los productos no se fabrican en condiciones de explotación", es su mensaje urgente. Se podría decir que hay mucho en juego.
La ley de cadena de suministro, que se debatió en toda Europa, se aprobó el año pasado y tiene como objetivo fortalecer los derechos humanos en las cadenas de suministro globales. "Estamos en un punto en el que debemos entender claramente la responsabilidad de las grandes empresas", subraya Lang, que quiere evitar que la ley se vea diluida por voces críticas del sector empresarial. Pero todavía queda un largo camino por recorrer para llegar a un acuerdo entre los estados de la UE, incluida la aprobación del Parlamento Europeo.
Disputa de coalición sobre la ley de cadena de suministro
Según la información del Gobierno federal La ley sobre la debida diligencia corporativa en las cadenas de suministro entró en vigor en Alemania en 2023. Para muchas empresas, esto representa un cambio real hacia una mayor responsabilidad y protección contra desventajas competitivas en lo que respecta a la gestión de cadenas de suministro sostenibles. A partir de 2024, la ley se aplicará a las empresas con al menos 1.000 empleados.
Las disposiciones de la ley son claras: las empresas son responsables de toda su cadena de suministro, comenzando por sus propias áreas de negocio y extendiéndose hasta sus proveedores inmediatos. Incluso los proveedores indirectos deben ser considerados responsables tan pronto como una empresa tenga conocimiento de posibles violaciones de los derechos humanos. Está aún más claro que Lang y los Verdes no quieren hacer concesiones en este momento. "El gobierno federal no debe apoyar la dilución propuesta", exige.
Dimensión global del desafío
La magnitud del problema se refleja en las alarmantes cifras reportadas por el Iniciativa de RSE del Gobierno federal: 1.400 millones de personas en todo el mundo trabajan en condiciones inhumanas, mientras que 28 millones son víctimas de trabajos forzados y esclavitud. En particular, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado aún más la situación de los trabajadores en todo el mundo.
Para Lang, la cuestión es cómo afronta Europa esta responsabilidad; al fin y al cabo, la UE es el mayor mercado interior y, por tanto, tiene la oportunidad de provocar cambios significativos. Aboga por que las regulaciones nacionales, como las de Alemania, estén respaldadas por una legislación a nivel de la UE que exija expresamente una gobernanza corporativa sostenible y la debida diligencia en materia de derechos humanos. “Ahora toca tener buena mano”, resume.
En la agenda del lunes está previsto un acuerdo en Bruselas y todas las miradas están puestas en las negociaciones. ¿Conseguirán los Estados de la UE unirse y adoptar una línea clara o el proyecto fracasará debido a la resistencia de las empresas? Los próximos pasos podrían determinar si paso a paso será posible una economía global más justa.