Gießen en el punto de mira: ¡Jan van Aken pide un cambio radical contra la desigualdad!

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Mesa redonda en Gießen el 4 de julio de 2025 con Jan van Aken: Temas principales de desigualdad social y soluciones políticas.

Podiumsdiskussion in Gießen am 4.07.2025 mit Jan van Aken: Themenschwerpunkte soziale Ungleichheit und politische Lösungen.
Mesa redonda en Gießen el 4 de julio de 2025 con Jan van Aken: Temas principales de desigualdad social y soluciones políticas.

Gießen en el punto de mira: ¡Jan van Aken pide un cambio radical contra la desigualdad!

Hoy tuvo lugar en el Netanya Hall de Giessen una interesante mesa redonda titulada "¿Alemania desigual? ¿Qué hay que hacer ahora?". A pesar del calor sofocante, el público no se vio disuadido de asistir al evento, en el que participaron oradores de alto nivel como Jan van Aken, presidente federal de la izquierda, y otros invitados destacados como Desiree Becker, diputada del Bundestag, y Martina Bodenmüller de la Iniciativa de Desempleo de Giessen. La acuciante cuestión de la desigualdad social en Alemania se debatió junto con la moderadora Saskia Ebert.

Por ejemplo, el presidente federal de la izquierda, Jan van Aken, afirmó claramente que “no debería haber multimillonarios” y citó de manera impresionante las diferencias extremas de ingresos que caracterizan a nuestra sociedad actual. Como ejemplos de la desigualdad que existe entre los ricos y los grupos socialmente desfavorecidos, citó a Susanne Klatten, que gana un salario de 1,1 millones de euros por hora, y a Mathias Döpfner, que se beneficia de los ahorros fiscales. Según la Fundación Schader, las desigualdades sociales van en aumento, algo que los medios de comunicación abordan cada vez más. La pregunta ya no es sólo si estas desigualdades son pronunciadas, sino en qué medida y qué estrategias son necesarias para combatirlas a fin de mantener la paz social.

Enfrentando los desafíos

El moderador Ebert llegó al meollo del asunto: la desigualdad social es política y no una ley de la naturaleza. En esta mesa redonda quedó claro que existe una gran necesidad de actuar. El coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos, aumentó de 0,28 en 2010 a 0,31 en 2021, una evolución alarmante que, según muchos expertos, tiene causas estructurales. Ahora debe realizarse un replanteamiento para revertir estas tendencias.

Desiree Becker y Martina Bodenmüller informaron sobre la realidad que viven muchas personas. Cada vez más personas se ven obligadas a aceptar un segundo empleo para llegar a fin de mes. Por eso, en Giessen, el Partido de Izquierda tiene previsto ofrecer horas de consulta social el primer y tercer miércoles de cada mes. Esta iniciativa tiene como objetivo apoyar mejor a las personas de la ciudad y mejorar la situación social.

Escuche la voz de los afectados

Particularmente poderosa fue la crítica de Sarah Kempf, que denuncia la arrogancia en el debate sobre los afectados. Se pidió una “lista de deseos de Berlín”, que incluya cambios en el lenguaje sobre las personas socialmente desfavorecidas, así como más ayuda y solidaridad. Según los informes, también existe un grave problema en la sociedad: el aumento de los índices de pobreza y la desigualdad de oportunidades educativas significan que a las personas se les niega el reconocimiento y la participación social. Esto pone de relieve la necesidad de un mayor compromiso con políticas de redistribución más justas.

El número de personas que viven por debajo del umbral de pobreza alcanzó un máximo del 17,8% en 2021. Se considera pobre si tienes menos del 60% del ingreso medio. Esto provoca crecientes divisiones en la sociedad y, según un estudio de WSI, el 48% de los trabajadores está preocupado por la cohesión social. Para contrarrestar estos agravios se ha vuelto urgentemente necesario el apoyo a través de políticas específicas, como el aumento de la seguridad básica y la introducción de un impuesto sobre el patrimonio.

En resumen, está claro que la cuestión de la desigualdad social en Alemania no es sólo un desafío político, sino sobre todo un desafío social. Durante el debate en el Netanya Hall de Giessen quedó claro una vez más que hay que actuar ahora para permitir una convivencia más justa.