Los coches oscuros calientan las ciudades: ¿el color claro es la solución?
Descubra cómo el color de los coches afecta a las temperaturas urbanas y qué soluciones pueden ayudar a reducir el calor.

Los coches oscuros calientan las ciudades: ¿el color claro es la solución?
La cuestión del cambio climático es cada vez más explosiva, especialmente en zonas urbanas como Colonia. Un nuevo estudio de Lisboa arroja luz sobre cómo el color de un coche contribuye directamente al aumento de la temperatura del aire. Según una investigación, un coche negro puede elevar la temperatura ambiente hasta 1,9°C por encima de la de un vehículo blanco, lo que es un factor importante en ciudades con millones de vehículos. Esta no sólo es una observación interesante, sino que también muestra implicaciones para la calidad de vida de los residentes de la ciudad que ya sufren estrés por calor. Lalterpresse destaca que esto contribuye al efecto de isla de calor urbana, un fenómeno que aumenta aún más la temperatura del aire en las ciudades debido a la actividad humana y a las altas densidades de edificios de hormigón.
La explicación es el fenómeno Albédo: las superficies oscuras, como los vehículos negros, absorben más luz solar y desprenden calor. Como resultado, en algunos casos el calor emitido por un coche negro supera al del asfalto circundante. Además, la acumulación de coches oscuros puede exacerbar el ya grave problema del calor urbano. Las investigaciones muestran que los automóviles blancos, que reflejan entre el 75% y el 85% de la luz solar, podrían ofrecer una solución refrescante a este dilema al reducir la temperatura de la superficie en los días calurosos. Issues.fr habla de una medición en la que un coche negro expuesto a la luz solar directa aumentó la temperatura del aire en 3,8 °C, un resultado alarmante.
Islas de calor urbanas y sus consecuencias
Todo el contexto pone de relieve un grave desafío al que se enfrentan muchas ciudades de todo el mundo. Según un informe de DW, más del 50% de la población mundial ya vive en ciudades, y esta cifra podría aumentar hasta casi el 70% en 2050. Las islas de calor urbanas se deben a varios factores: la densidad que emana del hormigón y el asfalto tiene un efecto diferente al efecto refrescante de la vegetación en las zonas rurales. Las estructuras y superficies pavimentadas absorben calor, elevando la temperatura en los centros urbanos entre 10 y 15 grados centígrados.
Especialmente durante las olas de calor, los habitantes de las ciudades deben ser conscientes de los riesgos para la salud asociados con estos aumentos de temperatura. Los gases de escape de los vehículos no sólo contribuyen al aumento de las temperaturas, sino también a la mala calidad del aire, lo que a su vez puede afectar al bienestar de los residentes. Hay varias soluciones para contrarrestar esto: reverdecer los espacios urbanos con plantas resistentes a la sequía, crear puntos de agua y enfoques innovadores como "techos frescos" y superficies de calles especiales de colores claros.
Un enfoque inteligente para el futuro
La idea de considerar el uso de colores brillantes en los vehículos como parte de una estrategia integral para mitigar el calor urbano es todavía relativamente nueva. Las investigaciones han demostrado que cambiar el color de las flotas de vehículos, taxis y furgonetas municipales sería una medida sencilla y eficaz para abordar los problemas climáticos urbanos. Un enfoque centrado en la elección del color de nuestros coches no sólo podría mejorar el confort de los habitantes de las ciudades, sino también contribuir a reducir la contaminación climática urbana.
Entonces la pregunta que nos preocupa a todos es: ¿estamos dispuestos a elegir nuestro vehículo basándonos únicamente en su color para reducir el calor en nuestras ciudades? La transición hacia coches más brillantes podría ser el comienzo de un replanteamiento de nuestra movilidad respetuoso con el clima y una situación beneficiosa para las personas y el medio ambiente.