Alimentación e identidad: cómo nuestras comidas moldean nuestras emociones
Psicología nutricional en Göttingen: Thomas Ellrott examina cómo los alimentos moldean la identidad y promueven los vínculos emocionales.

Alimentación e identidad: cómo nuestras comidas moldean nuestras emociones
A menudo se subestima la importancia de la nutrición para nuestra identidad y nuestras relaciones sociales. Thomas Ellrott, director del Instituto de Psicología Nutricional de la Universidad Georg-August de Göttingen, arroja luz sobre los aspectos emocionales de la alimentación. En un artículo reciente en Göttinger Tageblatt explica que la nutrición no es sólo un proceso biológico, sino que también incluye fuertes componentes emocionales y sociales. Comer juntos fortalece nuestros vínculos sociales y representa una parte importante de nuestra identidad. Los diferentes estilos nutricionales como el vegano, el vegetariano o el sin gluten también pueden ser una expresión de pertenencia individual, lo que influye en las decisiones personales de consumo.
Pero, ¿cómo surgen estas ideas? La psicología nutricional, como está documentada en Wikipedia, considera la conducta alimentaria como un proceso biopsicosocial. Esto significa que nuestras elecciones de alimentos no sólo dependen del hambre y la saciedad, sino que también incluyen influencias emocionales y culturales. Ellrott deja claro que muchas personas se definen a sí mismas por sus elecciones dietéticas. Las entidades felices en la mesa, como dice Ellrott, crean recuerdos y fortalecen los vínculos familiares y de amistad. Un tercio de las personas elige determinados alimentos por motivos de salud, otro tercio quiere comer más sano pero tiene dificultades para implementar estas intenciones en la vida cotidiana.
La influencia de las emociones y los hábitos.
Muchas emociones están asociadas con la conducta alimentaria, que a menudo parecen inconscientes. Los refrigerios suelen ocurrir de paso, mientras que las comidas principales se perciben de forma más consciente. Un punto importante que plantea Ellrott es que las personas a menudo actúan de manera diferente a lo que sugerirían sus conocimientos. Las emociones y los hábitos suelen dominar nuestra conducta alimentaria. Por ejemplo, los padres son una autoridad crucial cuando se trata de modelar comportamientos saludables en los niños. El comportamiento auténtico de los padres como consumidor puede ser crucial para promover patrones de alimentación saludables.
La base psicológica de la conducta alimentaria es compleja. El modelo de tres componentes, desarrollado por Volker Pudel, explica cómo señales internas como el hambre y la saciedad, estímulos externos como la educación y actitudes racionales moldean el comportamiento alimentario.. El manejo del estrés también influye: quienes comen por frustración tienden a regular sus emociones con la comida, a menudo con alternativas alimentarias poco saludables.
En el camino hacia una alimentación saludable
Desafortunadamente, el simple objetivo de comer saludablemente es un desafío para muchos. Un tercio de la población quiere comer más sano, pero la agitada vida cotidiana lo frena. El apoyo de los psicólogos nutricionales puede resultar valioso en este caso. Se pueden promover hábitos alimentarios más saludables mediante diversas intervenciones que aborden los patrones alimentarios individuales y los desencadenantes emocionales.. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual y las medidas de apoyo social han demostrado ser especialmente eficaces.La estrecha conexión entre la salud mental y la conducta alimentaria es inconfundible.
El futuro de la psicología nutricional es prometedor: contribuirá a mejorar la situación de salud general y proporcionará ayuda específica a las personas afectadas por trastornos alimentarios. Thomas Ellrott y su equipo abogan por una mayor conciencia en la sociedad sobre los aspectos emocionales y sociales de la nutrición y enfatizan la necesidad de un enfoque holístico para la promoción de la salud.