Del Mad Music Club a la sede cultural: la animada historia gastronómica de Hamelín

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Descubra la fascinante historia gastronómica de Hameln-Pyrmont: desde el Mad Music Club hasta el nuevo sitio cultural Zeitgeist.

Entdecken Sie die faszinierende Gastronomiegeschichte Hameln-Pyrmonts: Vom Mad Music Club bis zur neuen Kulturstätte Zeitgeist.
Descubra la fascinante historia gastronómica de Hameln-Pyrmont: desde el Mad Music Club hasta el nuevo sitio cultural Zeitgeist.

Del Mad Music Club a la sede cultural: la animada historia gastronómica de Hamelín

En Hamelín, la población puede recordar una fascinante historia gastronómica que se remonta al año 1949. Todo comenzó con el Café Arendt, que en 1951 pasó a llamarse Café “Vaterland” y estaba regentado por Olga Sobainski. La continua evolución continuó y en 1955 el restaurante se transformó en el legendario "Kokosnuß", regentado por el matrimonio Hans y Olga Konkel. A lo largo de los años, la ubicación ha sufrido varias renovaciones y cambios. El Kokosnuß se convirtió en un popular bar de baile en los años 70, antes de cerrar sus puertas en 1988 y dar paso al club de juego "Royal" en 1989.

A partir de 1990, Thomas Kroll inició una nueva era con el Mad Music Club. Este club rápidamente se hizo conocido por sus actuaciones en vivo de punk, ska y rock. El lugar siguió siendo un imán para los amantes de la música, pero en 2019 el club se vio obligado a cerrar después de 30 años, lo que perjudicó a muchos fans y artistas. Actualmente, el edificio de la calle Südstrasse 6 alberga el “Centro Cultural Zeitgeist”.

Thomas Kroll y su nueva tarea

Thomas Kroll, que hoy tiene 62 años, se dedicó a otras tareas tras el cierre del Mad Music Club. Trabaja para la Cruz Roja Alemana (DRK) y recoge gente del hospital. Los turnos de madrugada son un desafío para él, especialmente los lunes. A pesar de pasar a un estatus de empleado que implica al menos 40 horas semanales, Kroll no ha abandonado por completo el contacto con la escena musical. Guarda el recuerdo del ambiente especial y de los grandes músicos del Mad Music Club y, por último, expresa su descontento por el uso actual de su antiguo bar por parte del partido “Die Basis”.

Kroll es especialmente querido entre sus pasajeros, especialmente entre los niños con discapacidad, a quienes deleita con piruletas y cantos. A pesar del cambio de dirección profesional, planea crear un nuevo lugar para conciertos. Un primer intento de alquilar un local en Boot Task fracasó en 2020 debido a la pandemia del coronavirus. Sin embargo, sigue activo y ofrece ofertas de bandas a otros organizadores y organiza viajes en barco por el Weser con bandas en vivo.

La importancia de la cultura del club

La historia del Mad Music Club ejemplifica el papel de los clubes y bares en la ciudad de Hamelín y mucho más allá. Según un estudio sobre la economía nocturna en Alemania en 2024, estas zonas generan ventas por más de 11.100 millones de euros y emplean a más de 127.600 personas. La vida nocturna no es sólo un lugar de fiesta, sino también un lugar de intercambio cultural. En ciudades como Berlín, donde la cultura de clubes ha sido incluso reconocida como Patrimonio Mundial intangible de la UNESCO, se reconoce la necesidad de proteger y promover esta cultura.

Sin embargo, los desafíos no pueden pasarse por alto. La gentrificación, el aumento de los costos y las regulaciones estrictas están ejerciendo presión sobre los operadores. En ciudades como Colonia, la preservación de la cultura de club se ha convertido en una cuestión importante, mientras que en los clubes se requieren soluciones innovadoras, como por ejemplo conceptos sostenibles. La pasión de Kroll por la escena musical y sus esfuerzos por encontrar un nuevo lugar son también un ejemplo del deseo inquebrantable de muchos de preservar la diversidad cultural en su ciudad.