La ciudad de Schleswig lucha por los barcos hundidos: ¿quién se encargará de rescatarlos?

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La ciudad de Schleswig examina en la Wikingturm la recuperación de barcos hundidos. Los costos y los riesgos ambientales son el foco de atención.

Die Stadt Schleswig prüft die Bergung gesunkener Boote am Wikingturm. Kosten und Umweltrisiken stehen im Fokus.
La ciudad de Schleswig examina en la Wikingturm la recuperación de barcos hundidos. Los costos y los riesgos ambientales son el foco de atención.

La ciudad de Schleswig lucha por los barcos hundidos: ¿quién se encargará de rescatarlos?

Actualmente, en Wikinghafen, en Schleswig, dos barcos hundidos causan problemas: el barco de recreo “Dirkje” y el cúter “Simone”. Según un informe, ambos barcos no sólo se hundieron hasta el fondo del puerto, sino que también se consideran restos de naufragios sin valor. La ciudad de Schleswig ha iniciado ahora una investigación para determinar si tiene sentido rescatar los barcos dañados. Según ndr.de, los costes de salvamento y eliminación ascienden a unos 100.000 euros, una cantidad muy superior al valor de la chatarra de los dos barcos.

Tras hundirse, el barco de recreo “Dirkje” y el cúter “Simone” no sólo suponen un problema económico, sino también una fuente potencial de peligro para el puerto y el medio ambiente. Por ello, la ciudad está examinando detenidamente cómo sería un procedimiento de rescate seguro. Es importante excluir posibles riesgos para las estructuras y el medio ambiente.

Caso problemático con cortador “Simone”

En particular, el "Simone" ha causado un gran revuelo desde que se hundió a principios de agosto. El barco de 24 metros de largo fue bombeado y ahora vuelve a flotar, pero nadie se ocupa de su eliminación. Después de que el propietario Ernst Schliemann muriera unas semanas antes del incidente, Björn Hansen, el propietario del Wikinghafen, se enfrenta a una situación complicada. Informa que nadie se siente responsable del barco y ya ha contratado a un abogado para encontrar un heredero que se haga cargo del cúter. En la historia también destacan las dificultades legales que Hansen tuvo con Schliemann, quien ya había comunicado la rescisión del puesto.

A pesar de la bomba, que desde agosto bombea continuamente agua del barco (aproximadamente un metro cúbico por día), el cúter sigue siendo un problema sin resolver. Hansen corre con los gastos de electricidad y espera recibir información del administrador de la herencia de Schliemann o de su abogado. Aún no se sabe cuánto durará la situación y el deseo de Hansen de una rápida compensación aún no se ha cumplido.

El futuro de los barcos hundidos

Teniendo en cuenta los elevados costes de recuperación y la estructura de propiedad poco clara, queda por ver cómo afronta la ciudad de Schleswig este problema. Es un desafío que abarca aspectos tanto económicos como medioambientales. Mientras continúan los juicios, la pregunta sigue siendo: ¿Quién se hará responsable de los barcos hundidos en el puerto vikingo?