Mühldorf está de luto: ¡el último ahumadero tiene que cerrar!

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Hans Hüttinger, de 82 años, se ve obligado a cerrar su histórico ahumadero en Mühldorf am Inn después de que se detectaron riesgos para la seguridad.

Hans Hüttinger, 82, muss in Mühldorf am Inn seine historische Räucherkammer schließen, nachdem Sicherheitsrisiken festgestellt wurden.
Hans Hüttinger, de 82 años, se ve obligado a cerrar su histórico ahumadero en Mühldorf am Inn después de que se detectaron riesgos para la seguridad.

Mühldorf está de luto: ¡el último ahumadero tiene que cerrar!

La profesión de fabricante de incienso es un oficio que se ha transmitido de generación en generación. Pero ahora uno de los últimos ahumaderos de Mühldorf, que funciona desde hace más de 100 años, está a punto de cerrar. Hans Hüttinger, de 82 años, vive en una casa histórica donde mantiene la tradición de fumar, que continuó su familia, los Höcherl y los Hüttinger. Esta tradición podría terminar ahora, porque un deshollinador le ha informado que la seguridad en su pequeña habitación a oscuras ya no está garantizada. El techo de madera podría quemarse debido al calor, por lo que para Hüttinger era inevitable cerrarlo, como [Innsalzach24].

Hüttinger lleva más de 30 años atendiendo a clientes que llevaban carne y embutidos para ahumar. Sin embargo, dada la situación actual, tiene que rechazar a muchos de sus clientes leales porque carece de los datos de contacto de la mayoría de sus clientes habituales. A pesar de su consideración de renovar la cámara, el costo podría ser un obstáculo imposible. Las normas de seguridad, que están reguladas, entre otras cosas, por la Ley sobre el comercio de deshollinadores, hacen el resto. Según la oficina del distrito de Mühldorf, los deshollinadores están autorizados a inspeccionar chimeneas y controlar el cumplimiento de las normas de seguridad. Esto también se aplica al sistema de ahumadero, donde la inspección de la chimenea y las inspecciones periódicas desempeñan un papel importante.

Fin de una era

La situación de Hüttinger es emblemática de la lenta desaparición de un antiguo oficio. Ahumar carne solía ser una práctica común y valorada en muchos hogares. Hoy, sin embargo, este conocimiento está disminuyendo y el espacio correspondiente es escaso. Hüttinger aprendió este arte de su madre, que llegó a Mühldorf en los años 1920. Esta conexión familiar con la tradición hace que el próximo cierre de su ahumadero sea aún más doloroso.

"Espero que la noticia de mi cierre se difunda en los periódicos", dice Hüttinger mientras recuerda a los numerosos clientes que a lo largo de los años vienen a su pequeño imperio para ahumar sus productos. La pérdida de la cámara no sólo podría poner en peligro la tradición, sino también parte de la identidad culinaria de la región de Mühldorf.

El desafío de la conservación

Aunque las normas de seguridad son estrictas, no se deben subestimar los desafíos que enfrentan las pequeñas empresas artesanales. Además de las necesidades estructurales, que son supervisadas, entre otras cosas, por la oficina regional de Mühldorf, el aspecto financiero también juega un papel importante. Los costes de renovación pueden alcanzar rápidamente niveles astronómicos y presentar a muchas empresas problemas insolubles.

En tiempos de cambio y decadencia de las artesanías tradicionales, la pregunta sigue siendo cómo preservar estas valiosas tradiciones. La antigua profesión de fabricar incienso puede estar al borde de la extinción, pero el conocimiento y la artesanía asociados a ella no deben perderse. Queda por ver si Hüttinger tendrá finalmente la oportunidad de renovar su habitación y continuar con la tradición.