Las emociones en la democracia: ¡Cómo dividen nuestra sociedad!
El 2 de noviembre de 2025, el Foro de la Academia del Futuro en Hersfeld-Rotenburg debatirá sobre educación en medios y democracia en la sala de reuniones de la Klinik am Hainberg.

Las emociones en la democracia: ¡Cómo dividen nuestra sociedad!
El 2 de noviembre de 2025 tuvo lugar en el salón de actos de la clínica de Hainberg el apasionante foro de la Academia del Futuro de Hersfeld-Rotenburg. El tema de este evento, titulado “Democracia defensiva”, fue nada menos que la influencia de la educación mediática y las instituciones sociales en la polarización de nuestra sociedad. El profesor emérito Prof. Dr. Ernst-Dieter Lantermann de Kassel dirigió el debate con su conferencia "La capitulación de la razón en una sociedad abrumada, cuando el pensamiento y la acción están bajo la dirección de sentimientos extremos".
Más de 80 invitados, entre ellos estudiantes y ciudadanos comprometidos, se reunieron previamente en torno a los temas de cómo mantener la confianza y la razón en un mundo cada vez más emocional. Lantermann no sólo iluminó cómo lidiar con la incertidumbre, sino también los desafíos de la búsqueda de identidad en las condiciones de vida actuales, a menudo abrumadoras. Particularmente interesante fue su referencia a la diferencia entre pensamiento “frío” y “caliente” y el papel de las redes sociales en esto. Estas plataformas, según Lantermann, provocan emociones extremas y ponen en peligro la racionalidad a través de verdades percibidas, como informa el Hersfelder Zeitung.
Participación estudiantil y cuestiones emocionales.
Los participantes de Democracy AG en la escuela modelo de Obersberg, como Zoé Fischer y Lucy Landefeld, también contribuyeron al evento abordando temas emocionales del contexto escolar. Joachim Lindner y Andrea Budde destacaron la importancia de la terapia de grupo, mientras que Karsten Vollmar, el director de la escuela, abordó las dificultades que tienen los jóvenes para distinguir entre verdad y realidad. La audiencia se complementó con las reflexiones de Aaron Wild, un dedicado estudiante, quien destacó la argumentación emotiva en las discusiones políticas.
El desafío de Lantermann a los presentes fue claro: la emocionalización de la democracia y el discurso político debe reconocerse y dirigirse en direcciones positivas. Esto podría suceder mediante el papel activo de las instituciones sociales que puedan satisfacer las necesidades emocionales de los ciudadanos, no sólo en tiempos de crisis, sino también en la educación cívica cotidiana.
Las redes sociales y su doble función
En el contexto de la educación en medios, no se puede ignorar la influencia de las redes sociales, especialmente si se consideran los desarrollos de las últimas décadas. Las redes sociales se han vuelto populares desde el cambio de milenio, permitiendo a los usuarios crear y compartir contenido y establecer contactos. Sin embargo, existe un área de tensión: si bien las redes sociales pueden promover la movilización política, los críticos advierten sobre una fragmentación de la sociedad. Según un artículo de la Agencia Federal para la Educación Cívica, existen grandes diferencias en el uso de estas plataformas. Entre los jóvenes de 14 a 29 años, el 88% utiliza las redes sociales semanalmente, una clara indicación de su papel central en la percepción política, especialmente entre los votantes por primera vez en la campaña electoral federal de 2021.
Sin embargo, persiste la cuestión de cómo se pueden unir los ámbitos cultural y social. El desafío radica en promover la alfabetización mediática y regular y monitorear el contenido político en las redes sociales. Una mayor educación y rendición de cuentas podrían ayudar a los ciudadanos a formarse opiniones políticas. Una idea importante de los comentarios de Lantermann es no demonizar el discurso emocional en la democracia, sino más bien darle forma activamente.
En general, el foro muestra que existe una necesidad urgente de abordar las emociones extremas y su influencia en la democracia. La participación activa de todas las generaciones es esencial para mantener la razón en el debate político.