Los fiscales federales exigen la máxima pena para los perpetradores radicalizados de Solingen
La fiscalía federal exige la pena máxima para los atacantes de Solingen. Los expertos debaten sobre radicalización y trastornos mentales.

Los fiscales federales exigen la máxima pena para los perpetradores radicalizados de Solingen
En un impresionante juicio ante el Tribunal Regional Superior de Colonia, la Fiscalía Federal ha tomado medidas hoy y exige la pena máxima para el asesino responsable del brutal ataque en Solingen. El profesor Johannes Fuß, psicólogo, afirmó claramente en su declaración que el acusado no presentaba signos de ningún trastorno mental como, por ejemplo, psicosis. Sin embargo, su comportamiento planificado y específico durante el crimen muestra un patrón preocupante que demuestra un alto nivel de peligrosidad y radicalización. También existe un riesgo importante de recaída.
Como informa spiegel.de, Fuß pudo comprobar que la evaluación de riesgos se basaba en La peligrosidad del acusado indica que no fue desarrollado para personas con experiencia como refugiados. Esto plantea dudas sobre si las medidas adoptadas para evaluar a esos perpetradores son suficientes. Fuss tampoco puede evaluar cómo la posible desradicalización afectará el riesgo de reincidencia durante un período más largo de encarcelamiento. Esta incertidumbre expone las deficiencias de los enfoques actuales para tratar con personas radicalizadas.
El papel de los trastornos mentales.
Los trastornos mentales tienen una conexión compleja con la radicalización. Un análisis de bpb.de muestra que los trastornos mentales pueden actuar como causa y consecuencia de procesos de radicalización. Por ejemplo, se pueden observar enfermedades mentales como trastornos autistas o paranoia en muchos perpetradores terroristas individuales. La enfermedad mental no sólo aumenta la probabilidad de actuar violentamente, sino que también puede surgir de condiciones sociales tensas y de la participación en contextos extremistas.
Sin embargo, también se ha descubierto que la prevalencia de trastornos mentales entre los individuos extremistas no es mayor que en la población general. Sin embargo, es necesario concienciar más a los profesionales sanitarios para que puedan reconocer los acontecimientos negativos en una fase temprana. Porque las medidas preventivas podrían ser cruciales para prevenir los procesos de radicalización antes de que se intensifiquen. Se debería exigir a los médicos y psicoterapeutas que proporcionen el apoyo adecuado a las personas que corren ese riesgo, como se muestra en aerzteblatt.de.
Una delgada línea entre terapia y radicalización
El desafío para los terapeutas también se ve agravado por la tensión entre la confidencialidad profesional y la necesidad de una relación terapéutica abierta. Los pacientes radicalizados pueden sufrir graves trastornos psicológicos que afectan significativamente el proceso de asesoramiento. Si se producen trastornos de estrés postraumático u otras enfermedades mentales graves, es necesario apoyo psiquiátrico inmediato para evaluar el peligro y, si es necesario, tomar las medidas adecuadas.
Teniendo en cuenta los acontecimientos actuales, está más claro que nunca que la sociedad debe combatir la creciente radicalización para evitar futuras tragedias. Depende de nosotros fortalecer las medidas tanto preventivas como terapéuticas y crear conciencia sobre estas cuestiones complejas.