El calor del Sahara llega: ¡Alemania gime bajo olas de 36 grados!

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Saarbrücken experimentará un calor extremo con más de 36 grados el 23 de junio de 2025. Las previsiones muestran olas de calor persistentes en Alemania.

Saarbrücken erlebt am 23. Juni 2025 extreme Hitze mit über 36 Grad. Prognosen zeigen anhaltende Hitzewellen in Deutschland.
Saarbrücken experimentará un calor extremo con más de 36 grados el 23 de junio de 2025. Las previsiones muestran olas de calor persistentes en Alemania.

El calor del Sahara llega: ¡Alemania gime bajo olas de 36 grados!

Los primeros días de junio de 2025 en Alemania todavía fueron relativamente frescos con lluvias ocasionales. Pero la situación meteorológica cambió rápidamente: desde mediados de mes las temperaturas aumentaron bruscamente, especialmente en las regiones del suroeste. El 22 de junio ya se midieron más de 36 grados en Saarbrücken, lo que preparó a la población para una nueva ola de calor. Al principio el 23 de junio fue templado, pero se esperan temperaturas altas a partir del 24 de junio. Las previsiones para el 25 de junio apuntan incluso a temperaturas de hasta 36 grados en algunas partes de Alemania. Según [fr.de]. que este verano es uno de los más calurosos.

Las ciudades y los edificios mal aislados se verán especialmente afectados. En estas zonas urbanas el calor suele ser más estresante que en las zonas más rurales, donde las corrientes de aire más frescas a veces moderan un poco el clima. Estos crecientes episodios de calor, que ocurren cada dos o tres días, son una clara señal del cambio climático en curso. Según tagesschau.de, Europa se considera un punto crítico para este cambio: 2024 ya se considera el año más cálido de la historia de Europa, y el aumento de las temperaturas ya ha dejado su huella aquí en Alemania.

Las consecuencias del cambio climático

El aumento de temperatura, que se ha observado con frecuencia en las últimas décadas, no solo ha determinado el verano de 2025, sino que también ha tenido un impacto significativo en los acontecimientos de los últimos años. Las olas de calor, las sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos muestran que Europa es uno de los países más afectados por los efectos del cambio climático. Los glaciares de los Alpes también están experimentando una rápida disminución de su masa de hielo. Las temperaturas de la superficie de los mares europeos aumentaron 1,2 grados, con consecuencias directas para la vida marítima y las regiones costeras. Según una investigación de la OMM y Copernicus, los fenómenos meteorológicos extremos han causado daños por valor de más de 18 mil millones de euros en Europa desde que existen registros y han aumentado constantemente el número de personas afectadas por desastres naturales en todo el mundo.

Un punto preocupante son las previsiones que indican que los riesgos de inundaciones futuras podrían aumentar en muchas regiones europeas, incluida Alemania. Hay algo ahí, porque además del aumento del calor, también se puede esperar un aumento de las precipitaciones en otras partes de Europa. Estudios También muestran que la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), un factor clave para el clima en Europa, se está volviendo más extrema debido al cambio climático y puede provocar fuertes fluctuaciones estacionales. En 2023, por ejemplo, una NAO negativa provocó fuertes lluvias en la costa noroeste, mientras que el sur sufrió calor e incendios forestales.

Una mirada al futuro

¿Qué sigue? Según las previsiones actuales, el suroeste de Alemania está experimentando una ola de calor que podría superar los 35 grados varias veces antes del 1 de julio. Especialmente del 27 al 29 de junio existe riesgo de temperaturas elevadas de hasta 36 grados. Cuando observamos estos acontecimientos, queda claro lo necesario que es tomar medidas preventivas y crear conciencia sobre el cambio climático. Dada la situación actual en Europa, muchas ciudades ya han comenzado a planificar medidas de adaptación para afrontar los desafíos del cambio climático. Están surgiendo tendencias positivas en ciudades como París, Milán y Bratislava.

Por lo tanto, sólo nos queda esperar que la sociedad saque las conclusiones correctas y actúe con previsión tanto en relación con el calor como con los posibles riesgos de inundaciones. Parece que el verano de 2025 no será el último verano caluroso.