Dos hermanas, 70 años juntas: ¡una vida llena de historias!
Descubra la historia de Anna y Antonia Breisinger, que viven en Sigmaringen desde hace 70 años y cuyos destinos están indisolublemente ligados.

Dos hermanas, 70 años juntas: ¡una vida llena de historias!
Las hermanas Anna y Antonia Breisinger viven desde hace 70 años bajo el mismo techo en la tranquila Sigmaringen. Una conexión muy especial que no sólo se caracteriza por la hermandad, sino también por sus agitadas historias de vida. Anna, que ahora tiene 101 años, y Antonia, 14 años menor, han vivido muchas cosas juntas, pero sus infancias no podrían ser más diferentes. Mientras Anna creció en Horb am Neckar y vivió de primera mano la Segunda Guerra Mundial, Antonia creció en Argentina. Allí, su familia recibió 100 hectáreas de tierra para cultivar, donde ella nació en 1924. Antonia recuerda con cariño esta época, pero no pudo soportar por mucho tiempo el calor de América del Sur, por lo que después de la guerra regresó a Alemania para vivir con su hermana. Schwäbische.de informó.
Los inicios en el antiguo consultorio del dentista.
En septiembre de 1955, Antonia se mudó con Anna para aprender el idioma alemán y poco después trabajar en la consulta dental de Anna. En ese momento, fue la primera mujer de la región en obtener la licencia de dentista. Este trabajo pionero no sólo supuso un éxito personal para Antonia, sino que también abrió las puertas a muchas otras mujeres de la profesión. Desde entonces, las hermanas han experimentado muchos cambios en Sigmaringen. Todavía recuerdan al párroco Manfred Stohrer, que en 1973 hizo campaña por la conservación de dos arces, un ejemplo de su gran conciencia sobre el medio ambiente y la importancia histórica de su tierra natal. Archivo del distrito de Sigmaringen testado.
Una vida en comunidad
Hay muchos recuerdos para compartir, aunque ha habido fricciones y discusiones acaloradas entre las dos hermanas a lo largo de los años. Sin embargo, su estrecho vínculo ha perdurado a lo largo de los años. La necesidad de moverse, que ambos enfatizan, también es importante para su vitalidad en la vejez. Aunque Antonia empezó a aprender italiano a los 90 años y descuidó la gramática, el humor sigue siendo el pegamento que las mantiene unidas en su relación.
Las hermanas, que nunca han permitido que un hombre entre en su vida juntos, disfrutan de la libertad y la independencia que les brinda su vida en común. También vivieron la disminución del tráfico y la llegada de la Bundeswehr a su ciudad y fueron testigos críticos de los cambios sociales. Con el paso de los años, Sigmaringen se ha convertido para ella en un lugar en constante evolución, mientras que su conexión personal siempre ha sido la misma.
Un pedazo de memoria de la historia.
Las historias de vida de Anna y Antonia no sólo son personales, sino que también forman parte de la historia de Sigmaringen y de la región de tres países, que muestra muchas facetas. El Archivo La región conserva documentos importantes para cualquiera que quiera aprender más sobre la historia y la sociedad cambiante. Contiene información sobre las distintas unidades administrativas que han dado forma a la región.
Las hermanas Breisinger son un ejemplo impresionante de una vida compartida que trasciende el tiempo. Quién sabe, tal vez realmente envejecieron porque se dan la fuerza para empezar cada día con una sonrisa y nunca perder la alegría de aprender y moverse.