Palmer lucha contra el graffiti: ¡5.000 euros por información en Tubinga!

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Boris Palmer, alcalde de Tubinga, critica el graffiti como una plaga social y ofrece recompensas por información.

Boris Palmer, Oberbürgermeister von Tübingen, kritisiert Graffiti als gesellschaftliche Plage und setzt Belohnungen für Hinweise aus.
Boris Palmer, alcalde de Tubinga, critica el graffiti como una plaga social y ofrece recompensas por información.

Palmer lucha contra el graffiti: ¡5.000 euros por información en Tubinga!

La ola de graffitis no autorizados causa sensación en Tubinga. Boris Palmer, el alcalde no partidario de la ciudad, ha expresado repetidamente su descontento por el aumento de las fumigaciones ilegales. Especialmente después del descubrimiento de nuevos graffitis en una zona recientemente diseñada en el parque de instalaciones de Europaplatz, poco antes de su inauguración, Palmer se siente obligado a reaccionar de manera ofensiva. En una publicación de Facebook, describe el graffiti como una “plaga” y pide que la sociedad prohíba estos actos. Según Palmer, las instalaciones públicas en mal estado provocan un notable deterioro social. Para contrarrestar esto, ya ha ofrecido una recompensa de 5.000 euros por información sobre los pulverizadores, lo que subraya la urgencia de su mensaje. El presupuesto de la ciudad se ve afectado por el alto coste de la eliminación de graffitis, lo que significa que faltan fondos para otras tareas importantes.

Otro punto de atracción son los grafitis en el centro de la ciudad, especialmente en la avenida de los plátanos en la isla Neckar. Aquí no sólo se ven afectados los árboles, sino también edificios históricos como la colegiata, el ayuntamiento y el nuevo auditorio de la universidad. Palmer pide a los ciudadanos que denuncien inmediatamente estos delitos a la policía. Se refiere al número de emergencia 110, que puede utilizarse para observar a los perpetradores en el acto. Este año ya se han producido varias detenciones de pulverizadores, lo que demuestra que la sociedad de la ciudad está reaccionando. Para Palmer, estos actos no son sólo una molestia, sino un acoso que va de la mano de una clara falta de respeto a la preservación histórica.

Reacción pública y debates emergentes

La situación también plantea interrogantes sobre los significados sociales del graffiti. Si bien Palmer percibe esto como un comportamiento criminal, en el debate social no se puede negar que el graffiti también se reconoce como una forma de arte en muchos contextos. En el debate académico, el graffiti suele verse como un símbolo del crimen, que también se ve desde la perspectiva de la criminología. Las prácticas de los grafiteros se sitúan entre los actos ilegales y la expresión artística, lo que se destaca en diversos discursos, como el artículo Academia describe.

Palmer se ha ocupado intensamente del problema y está utilizando sus canales de redes sociales para llamar la atención sobre el tema. Una publicación suya – “AGAB (Todos los grafiteros son bastardos)” – ilustra su actitud amarga. En los círculos de fumigadores, estas críticas públicas se consideran a menudo como un incentivo para continuar con las acciones. Sin embargo, Palmer se mantiene firme y pide un amplio apoyo de la población en la lucha contra el fenómeno cada vez más extendido del graffiti. La esperanza es que mediante esfuerzos conjuntos se pueda detener el deterioro de los espacios públicos.

En resumen, se puede decir que Tubinga está en una seria lucha por preservar sus espacios públicos. El llamamiento de Boris Palmer parece más urgente que nunca, ya que los costes de la eliminación de graffiti representan una carga importante para la ciudad y pueden conducir rápidamente a la crisis financiera que tantas ciudades están experimentando actualmente.

Para más información sobre cómo se percibe el graffiti en la sociedad, los interesados ​​también pueden echar un vistazo al análisis exhaustivo de este tema. Academia tirar.