Enormes pérdidas de bosques en el Amazonas: ¿Qué significa esto para nuestro clima?
El 13 de agosto de 2025, los informes actuales muestran la dramática pérdida de superficie en la Amazonía y las medidas para lograr la deforestación cero para 2030.

Enormes pérdidas de bosques en el Amazonas: ¿Qué significa esto para nuestro clima?
En la Amazonía brasileña, la situación de las selvas tropicales ha empeorado dramáticamente: desde 1985, se han perdido alrededor de 52 millones de hectáreas de naturaleza, una superficie mayor que toda España. En total, la pérdida en Brasil desde que comenzaron los registros asciende a la preocupante cifra de 111,7 millones de hectáreas, más de tres veces la superficie de Alemania. Estas alarmantes cifras provienen de la iniciativa MapaBiomas, que analiza imágenes de satélite y que está formado por universidades, ONG y empresas tecnológicas.
En casi cinco siglos, hasta 1985, el 60 por ciento de la tierra actual en Brasil ya se había convertido para agricultura, minería y ciudades. Pero, sorprendentemente, la mayor parte de esta transformación, el 40 por ciento, se produjo en sólo cuatro décadas, entre 1985 y 2024. En particular, los años comprendidos entre 1995 y 2004 presenciaron la deforestación más grave. La última década ha estado marcada por una deforestación acelerada debido a los impactos climáticos, la degradación del suelo y la continua expansión de las tierras agrícolas.
Impactos climáticos e incendios forestales
Las consecuencias de esta deforestación son dramáticas: la proporción de áreas naturales en Brasil ha caído del 80 por ciento en 1985 a sólo el 65 por ciento en 2024. El humedal más grande del mundo, el Pantanal, ha marcado sus ciclos de inundaciones, siendo 2024 considerado el año más seco en los últimos 40 años. En 2024, la superficie del agua en el Pantanal estaba un 73 por ciento por debajo del promedio de los años hasta 2024, lo que provocó incendios forestales devastadores. En el Cerrado, las sabanas húmedas del sureste de Brasil, se han talado alrededor de 40 millones de hectáreas de vegetación natural en las últimas cuatro décadas, una disminución del 28 por ciento.
En medio de estos preocupantes acontecimientos, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha prometido “deforestación cero” para Brasil para 2030. Este anuncio se espera en la próxima conferencia climática global COP30 en noviembre en Belém, en la región amazónica, donde temas como la protección del clima y la deforestación están en la agenda. A pesar de estas promesas, la presión sobre el uso de recursos en la Amazonía sigue siendo alta.
Esfuerzos globales para salvar los bosques
La cuestión de la deforestación no es sólo una preocupación brasileña, sino mundial. En la conferencia climática de la ONU COP26 en Glasgow, más de 100 países se comprometieron a detener la destrucción de bosques y otros paisajes para fines de 2030. Entre los firmantes se encuentran naciones prominentes como Brasil y Rusia. Sin embargo, los activistas climáticos critican ese plazo por considerarlo demasiado tarde, mientras que los líderes británicos enfatizan la importancia de los bosques para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius.
La declaración de lucha contra la deforestación está respaldada por un paquete financiero valorado en más de 20 mil millones de dólares. Este acuerdo cubre países de todo el mundo que albergan más del 85 por ciento de los bosques mundiales, incluida la selva amazónica. A pesar de estas condiciones marco internacionales, está claro que la deforestación, particularmente en la Amazonía, continúa avanzando imparable. Los próximos años son cruciales para realmente marcar la diferencia.