El futuro de las iglesias: ¿renovación, profanación o demolición?
El Donnersbergkreis se enfrenta al reto de adaptar para el futuro las iglesias en desuso. Los expertos recomiendan conceptos de uso creativos.

El futuro de las iglesias: ¿renovación, profanación o demolición?
Las iglesias cristianas en Alemania se enfrentan a una crisis fundamental. Llevan años perdiendo miembros constantemente, lo que se refleja en una disminución significativa de los asistentes a la iglesia. Alto ROE Unas 20.000 iglesias protestantes y católicas en Alemania están ahora amenazadas. Este desarrollo trae consigo altos costos de mantenimiento para los edificios de las iglesias y obliga a las congregaciones a pensar en alternativas.
Se podría pensar que el tema del cierre de iglesias y el debate sobre usos alternativos es nuevo, pero la presión ha aumentado desde el cambio de milenio. Este cambio es especialmente notable en regiones como las zonas mineras de lignito, donde muchas iglesias tuvieron que ceder el paso a la minería a cielo abierto. fowid informa de una discrepancia entre la supuesta “riqueza de la iglesia” y las presiones económicas para cerrar lugares de culto, lo que plantea muchas preguntas.
Una nueva vida para las viejas iglesias
Sin embargo, frente a estos desafíos, hay ejemplos alentadores de cambio y conversión. La parroquia protestante de Mainz-Drais ha abierto una cafetería en su iglesia, donde se celebran los servicios religiosos los domingos y funciona durante la semana. Esto promueve encuentros en el distrito y muestra cómo las iglesias pueden funcionar como lugares de encuentro social. De la misma manera, la Iglesia católica de Stuttgart planea reformar su iglesia de San Ulrico para reducir el número de asientos de 600 a 120, lo que se considera una alternativa a la demolición.
Otro ejemplo es la antigua iglesia de San Lucas en Coburg, un edificio protegido que ahora se convertirá en salas administrativas y escenario. El agente inmobiliario Peter Helm compró el edificio y quiere añadir elementos modernos conservando la arquitectura original. Esto demuestra que existe un gran interés entre la población por la conservación de este tipo de edificios: los habitantes de Coburg se sienten aliviados de que el edificio no sea demolido, sino que se le encuentre un nuevo uso.
El apoyo de la comunidad.
En Potzbach, el médico Lukas Schur planea convertir una iglesia en un consultorio médico, proyecto que cuenta con el apoyo de la mayoría de la población. Este tipo de iniciativas también forman parte del manifiesto de la iglesia, que cuenta con más de 22.000 firmantes y pide nuevos patrocinios para las iglesias en respuesta a la disminución del número de miembros y a la difícil situación financiera de muchas congregaciones.
Las cifras hablan por sí solas: el menor número de creyentes y la disminución de la asistencia a la iglesia en los últimos diez años dificultan la generación de ingresos suficientes. Alto BR Desde 2000, el número de miembros ha caído drásticamente tanto entre protestantes como entre católicos: 23 por ciento entre los evangélicos y 9 por ciento entre los católicos.
El debate sobre el cierre de iglesias aumenta al mismo tiempo que se llevan a cabo numerosas reestructuraciones en las comunidades. Muchas parroquias tienen que fusionarse y la diócesis de Essen prevé ahorrar 70 millones de euros, una señal clara de que la cuestión del futuro de muchas iglesias es un asunto de máxima urgencia.
El desafío de preservar las antiguas iglesias y al mismo tiempo adaptarlas a las necesidades de la sociedad actual parece enorme. Pero, como muestran los ejemplos mencionados, se pueden encontrar soluciones creativas. La clave para su salvación podría ser la conciencia de que las iglesias tienen funciones no sólo religiosas sino también culturales y sociales.