BASF Ludwigshafen: ¡500 millones de ahorros y recortes masivos de empleos!
Neustadt an der Weinstraße ofrece información interesante sobre los desarrollos de BASF en Ludwigshafen y su impacto en la industria química.

BASF Ludwigshafen: ¡500 millones de ahorros y recortes masivos de empleos!
BASF afronta tiempos difíciles en Ludwigshafen. Para seguir siendo competitiva, la empresa química ha anunciado que reducirá los costes operativos de su planta principal en unos notables 500 millones de euros hasta finales de 2023. Este objetivo de ahorro es un paso hacia el objetivo de 1.100 millones de euros hasta finales de 2026, lo que significa que es posible que ya se haya alcanzado casi la mitad de este objetivo. Katja Scharpwinkel, miembro de la junta directiva y responsable del sitio, se muestra optimista sobre el progreso, pero también señala que la planta ha registrado pérdidas desde la guerra de Ucrania y los consiguientes altos precios de la energía, así como la falta de suministro de gas ruso barato. Para responder a esto, BASF ya ha cerrado varias plantas que consumen mucha energía.
La presión sobre la industria química es enorme. Según un informe de KPMG, los altos costes y la competencia, especialmente de las empresas asiáticas, suponen una pesada carga para las empresas alemanas. Los precios de las materias primas han sido volátiles en los últimos años y, en particular, los costos de los combustibles fósiles han aumentado significativamente. Un cambio a materias primas sostenibles, como los bioplásticos, podría tener sentido en términos de apoyo medioambiental, pero también aumentaría los costes de producción en alrededor de un 20%. BASF es parte de esta industria y enfrenta los mismos desafíos.
Recortes de empleo y ajustes estructurales
A pesar de los ahorros actuales, los recortes de empleos son un tema candente. Desde 2023 ya se han eliminado alrededor de 2.500 puestos de trabajo en Ludwigshafen y actualmente se están negociando un nuevo acuerdo de ubicación. Aunque se descartan despidos hasta finales de año, BASF aparentemente planea eliminar aún más puestos de trabajo y posiblemente cerrar más plantas. Sin embargo, aún no se han comunicado más detalles.
Una mirada al panorama competitivo muestra que alrededor de dos tercios de los costos de producción en la industria química son costos de energía. Una razón más para que BASF invierta en tecnologías modernas y automatización además de reducciones de costos para garantizar la puntualidad y eficiencia de sus procesos de producción.
Perspectivas de futuro: expansión a China
Un rayo de esperanza en el horizonte es la construcción prevista de una nueva gran obra en el sur de China, cuyo coste se estima en unos 10.000 millones de euros. Sin embargo, Scharpwinkel subraya que no se trasladará ninguna capacidad de producción de Ludwigshafen a China. La nueva planta está destinada principalmente a satisfacer la creciente demanda en Asia, mientras que Ludwigshafen puede seguir abasteciendo a los clientes europeos y cubrir así los mercados más importantes de la región. Es un acto de equilibrio: se deben conservar los componentes tradicionales de la sede, como la bodega propia de la empresa y la casa de afterwork de BASF.
Como toda la industria química, BASF debe encontrar formas innovadoras de sobrevivir en un mercado desafiante. Para la sede de Ludwigshafen es de suma importancia flexibilizar al máximo las estructuras internas para poder afrontar los retos derivados del aumento de los precios de las materias primas y la presión de los competidores internacionales. Los próximos años mostrarán qué tan bien se las arregla BASF para dominar la cuerda floja entre la optimización de costos y el crecimiento.