Debate sobre el futuro: cómo Alemania recupera la fe en la política
El 12 de junio en Stapelfeld, el profesor Korte hablará sobre la confianza en la política, los desafíos y las soluciones para Alemania.

Debate sobre el futuro: cómo Alemania recupera la fe en la política
En medio de cambios impresionantes y una notable “pérdida de certeza”, el profesor Dr. Karl-Rudolf Korte pronunció la semana pasada un poderoso discurso en la Academia Católica de Stapelfeld. En la 18.ª “Noche de Cáritas”, el 12 de junio de 2025, animó a los 110 invitados presentes a realizar cambios positivos en Alemania, que se enfrenta a numerosos desafíos. Korte llamó a “celebraciones de la libertad” y recordó cuántas personas dieron su vida por la democracia. Calificó de debilitada la confianza de los alemanes en la política y pidió un nuevo enfoque ante cuestiones impopulares, como la controvertida ley de calefacción, que muchos ciudadanos perciben como una amenaza a su "sentirse como en casa".
Una preocupación central de Korte era el desarrollo de una “competencia para prescindir”, es decir, la capacidad de arreglárselas con menos. Esto es especialmente importante en un momento en el que muchos alemanes se quejan de los aspectos negativos en lugar de buscar soluciones. La última campaña electoral fue descrita como de “futuro pobre”, porque cuestiones como “viviendas más baratas, compras más baratas y combustible más barato” no fueron el foco de atención. En este contexto, Korte descubrió que muchos votantes actúan de manera paradójica: exigen decisiones rápidas, pero también quieren tener más voz.
Desafíos de la política climática
Uno de los temas más importantes que abordó Korte fue la ley de calefacción, que fue diseñada como parte de la transición en materia de calefacción para independizar a Alemania del gas ruso y promover una calefacción más respetuosa con el clima. Sin embargo, existen desafíos: las campañas populistas han obstaculizado significativamente el progreso. Según un informe de Bayerische Rundfunk, la influencia de los argumentos populistas en las decisiones de política climática es fuerte. Patrones típicos como las exageraciones polémicas y el alarmismo han socavado la confianza pública en las leyes climáticas. Sutilezas lingüísticas como “el martillo calefactor de Habeck” o “Energy Stasi” muestran cómo los actores populistas desacreditan la ley de calefacción, avivando el miedo entre la población y dando la impresión de que se está quitando la libertad a los ciudadanos.
Por lo tanto, la Ley de Calefacción no sólo representa un cambio necesario, sino que también se convierte en una cuestión política que requiere una comunicación clara y justicia social. Se constató que la ley no tiene suficientemente en cuenta los desafíos sociales y los aspectos económicos, lo que contribuye al escepticismo de muchos ciudadanos.
El anhelo de cambio
La encuesta de la Fundación Körber ilustra la tensa situación política: el 60 por ciento de los encuestados desearía que los políticos fueran más asertivos, pero al mismo tiempo rechazan una ampliación de los poderes ejecutivos. Surge un panorama paradójico: aunque muchos apoyan una toma de decisiones más rápida, se muestran escépticos respecto de los partidos populistas. El 69 por ciento de los participantes ve el populismo como una amenaza a la democracia, aunque esta opinión es compartida más ampliamente por los ciudadanos mayores y de Alemania Occidental.
La situación es claramente tensa y el debate político necesita urgentemente nuevos impulsos. El Dr. Gerhard Tepe, director de Caritas, habló de una “inteligencia del corazón” y destacó la importancia de situar a las personas desfavorecidas en el centro de las decisiones políticas. Esto también constituye la base de la cohesión social, que es necesario proteger ahora más que nunca.
En general, el evento refleja que Alemania se enfrenta a un proceso innovador que debe estar conformado por la participación ciudadana activa, una comunicación reflexiva y un enfoque claro en la justicia social. En estos tiempos turbulentos es importante defender la democracia.