¡Un modelo cooperativo salva al Hof Grummersort de una pérdida!

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La comunidad agrícola Grummersort en Oldenburg garantiza su futuro y la preservación de las tierras cultivables mediante participaciones cooperativas.

Die Hofgemeinschaft Grummersort in Oldenburg sichert durch Genossenschaftsanteile ihre Zukunft und den Erhalt von Ackerland.
La comunidad agrícola Grummersort en Oldenburg garantiza su futuro y la preservación de las tierras cultivables mediante participaciones cooperativas.

¡Un modelo cooperativo salva al Hof Grummersort de una pérdida!

En el tranquilo barrio de Oldenburgo, la comunidad agrícola de Grummersort se enfrenta a un desafío crucial. La comunidad corría el riesgo de perder diez hectáreas de su tierra arrendada después de que se revelara que se iba a vender un contrato de arrendamiento. El precio de compra de 660.000 euros resultó ser un obstáculo insuperable para la comunidad agrícola, ya que no se pudieron reunir los recursos económicos. Pero ahora hay destellos de esperanza. La solución es un modelo cooperativo innovador que podría permitir a la comunidad asegurar campos valiosos. Esto informa www.nwzonline.de.

Las acciones de la cooperativa están en circulación desde mayo y las cifras hablan por sí solas: el 75 por ciento del precio de compra ya está garantizado por estas acciones. Ahora sólo falta el 25 por ciento, que deberá recaudarse antes de fin de año. Eike Frahm, el director de operaciones, se muestra optimista de que la comunidad pueda recaudar los fondos que faltan en los próximos meses. La proximidad a la región beneficia a la iniciativa, ya que muchos accionistas proceden de los alrededores. Incluso los empleados de la comunidad agrícola actúan con valentía y consiguen acciones.

Soluciones comunitarias

Un socio importante en este ámbito es Kulturland eG, que surgió para apoyar la seguridad territorial. Con su compromiso, Kulturland pone en juego acciones cooperativas por 500 euros cada una y se hace cargo de gran parte de la burocracia. La estructura no sólo da voz a los accionistas, sino que efectivamente se convierten en copropietarios de las tierras agrícolas. Kulturland compra la superficie para arrendarla a la granja, lo que supone una situación beneficiosa para todos.

Invertir en acciones de cooperativas no es un negocio frívolo. "No se trata de beneficios económicos, sino de una señal clara de una agricultura sostenible", afirma Frahm. Este enfoque está respaldado por la certificación Demeter de la explotación. La empresa ofrece una variedad de productos que se comercializan en mercados semanales y a través de su propia tienda agrícola. También existe una Agricultura Solidaria (Solawi) en Oldenburg, que actualmente cuenta con 160 hogares miembros, y que ofrece apoyo adicional.

El camino hacia el futuro

La comunidad agrícola de Grummersort cultiva desde hace más de 40 años gran parte de su suelo de forma biodinámica. Las principales superficies se utilizan para el cultivo de hortalizas y cereales, con un total de 100 hectáreas cultivadas. Eike Frahm también expresa su preocupación: "Si perdemos estos campos, tendremos que arrendar nuevas tierras de la agricultura convencional". Actualmente no existe un plan B, pero la confianza en el éxito del modelo cooperativo sigue siendo sólida.

En resumen, se puede decir que la comunidad agrícola se encuentra en una fase crítica que trae consigo desafíos y oportunidades. La idea de comunidad es muy importante en esta iniciativa y la esperanza de un desarrollo positivo sigue viva. Con fuerzas combinadas y el apoyo de la región, sería posible preservar esta tradición agrícola y al mismo tiempo dar ejemplo de agricultura sostenible.