La Generación Z exige: ¡flexibilidad en lugar de horarios de trabajo rígidos!

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La feria educativa en Hamm destaca la perspectiva de la Generación Z sobre el equilibrio entre la vida personal y laboral y el cambio de la cultura laboral.

Bildungsmesse in Hamm beleuchtet die Perspektive der Generation Z zur Work-Life-Balance und Arbeitskultur im Wandel.
La feria educativa en Hamm destaca la perspectiva de la Generación Z sobre el equilibrio entre la vida personal y laboral y el cambio de la cultura laboral.

La Generación Z exige: ¡flexibilidad en lugar de horarios de trabajo rígidos!

Actualmente hay un acalorado debate en la ciudad renana de Hamm sobre lo que la Generación Z, término que designa a los nacidos entre 1996 y 2009, espera del mundo laboral tradicional y cómo se sienten estos jóvenes en el mercado laboral. El influencer y participante de German's Next Top Model, Julian Kamps, expresó en una feria educativa su descontento con la clásica jornada laboral después de sólo tres semanas de empleo. “Tres horas y media de tiempo libre después de una jornada laboral, de 7:30 a 18:41, ¿puede ser ese realmente un modelo de vida?” pregunta Kamps en un vídeo viral que está recibiendo mucha atención en el debate actual sobre la cultura laboral. El discurso sobre la carga de la jornada de ocho horas y las expectativas de los jóvenes está ganando impulso, y cada vez está más claro que la Generación Z no está simplemente dispuesta a hacer los mismos sacrificios que sus predecesores.

Como informa Tagesschau, muchos representantes de esta generación conceden gran importancia a un buen equilibrio entre la vida laboral y personal. Selahattin, de 16 años, sueña con ser independiente y no tener que ir a la oficina todos los días. “Trabajar todos los días no es para mí”, admite, mientras sus compañeros también piensan en modelos de trabajo flexibles. Su novia Finja, estudiante, encuentra estresante la jornada laboral normal y le gustaría tener horarios de trabajo alternativos que ofrezcan más espacio para la vida privada. Alexander, un aprendiz, considera su trabajo actual como un deber, pero le gustaría tener un horario flexible en el futuro.

El escepticismo de los empresarios

Pero ¿qué pasa con la otra cara de la moneda? Matthias Kottmann, director general de una empresa procesadora de metales, se muestra preocupado por la disposición laboral de sus empleados más jóvenes. Destaca que el debate sobre el equilibrio entre la vida personal y laboral no debe ignorar la necesidad del desempeño laboral. “La pregunta sigue siendo cuánta flexibilidad puede tolerar la economía sin que la productividad se vea afectada”, afirma. Sin embargo, Tidi von Tiedemann, director general de una productora cinematográfica, ve la flexibilidad como una oportunidad. Según él, las concesiones a los empleados jóvenes podrían aumentar su motivación e incluso ayudar a contrarrestar la escasez de trabajadores cualificados.

Los resultados de la encuesta de Statista subrayan la perspectiva de la Generación Z. Alrededor del 78 por ciento está dispuesto a cambiar de trabajo si surgen mejores oportunidades de ingresos. Casi dos tercios quieren una cultura de gestión abierta y moderna que valore sus logros. Además, el 75 por ciento demanda apoyo en el área de salud mental en el trabajo.

¿Cómo se compara la Generación Z?

Sin embargo, no todo lo que reluce es oro: mientras que en Alemania alrededor de 6,2 millones de personas de entre 20 y 29 años trabajan sujetas a cotizaciones a la seguridad social, la Generación Z representa en total alrededor de 12 millones de la población, lo que corresponde a una proporción de alrededor del 14,8 por ciento. Las preocupaciones sobre la productividad de esta generación no son infundadas entre las generaciones mayores. Más de dos tercios de las calificaciones de las generaciones anteriores consideran que la Generación Z es menos capaz. Según las encuestas, dos tercios de la Generación Z luchan por alcanzar el éxito profesional, al igual que los Millennials.

Por tanto, el debate no se trata sólo de si los nuevos modelos laborales podrían afectar a la jubilación de los futuros trabajadores, sino también de cómo la economía y la sociedad en su conjunto responden a las necesidades de una generación que quiere redefinir la vida laboral. Las demandas de un estilo de vida más flexible podrían tener el potencial de cambiar permanentemente la cultura laboral. Queda por ver si los empresarios estarán dispuestos a apoyar este cambio o si reinarán el escepticismo y la tradición.

En el debate sobre el modelo de trabajo del futuro, parece esencial promover el entendimiento mutuo entre los empresarios y la Generación Z para encontrar una manera que haga justicia a ambas partes. Renania vive una fase apasionante en la estructura del mundo laboral: aún está por verse si informar es perezoso o diligente.