Recuerdo en París: vigilia por las víctimas de la masacre de 1961
El 17 de octubre de 2025, cientos de personas en París recuerdan a las víctimas de la masacre de 1961 y exigen el reconocimiento de la violencia colonial.

Recuerdo en París: vigilia por las víctimas de la masacre de 1961
El viernes por la tarde, varios cientos de personas se reunieron en el Puente Saint-Michel de París para recordar a los argelinos que fueron víctimas de una horrible masacre el 17 de octubre de 1961. Estos trágicos acontecimientos, llevados a cabo por la policía francesa contra manifestantes pacíficos argelinos, siguen siendo una parte dolorosa de la memoria colectiva y siguen siendo políticamente explosivos. Desde entonces, más de 80 organizaciones, sindicatos y partidos políticos han pedido a las autoridades francesas que reconozcan oficialmente este crimen de Estado, como informa el Blog Bondy.
Esa noche, hace más de seis décadas, más de 100 argelinos fueron asesinados y más de 12.000 manifestantes fueron arrestados. La manifestación estaba dirigida contra un toque de queda racista impuesto por el entonces gobierno. Fatima Besseghir, hija de uno de los manifestantes, contó conmovedoramente las torturas que sufrió su padre en el castillo de Vincennes. Estas historias personales revelan las profundas cicatrices dejadas por este capítulo de la historia francesa.
Recuerdo y demandas
El acto conmemorativo, que tuvo lugar el 17 de octubre de 2025, tenía como objetivo honrar a las víctimas de la violencia racista y colonial a manos del Estado francés. A la reunión asistieron numerosos partidarios, incluida la Gran Mezquita de París, que también organizó un acto conmemorativo. Chems-Eddine Hafiz, rector de la mezquita, subrayó la necesidad de reconocer el 17 de octubre para la reconciliación entre los pueblos francés y argelino. En este contexto, se repiten los llamamientos para permitir el acceso a los archivos de la guerra de Argelia y enseñar de manera justa el pasado colonial, como también se puede leer en el sitio web Survie.
Otra preocupación central de los organizadores fue la demanda de un museo nacional en Francia que examinara exhaustivamente la historia del colonialismo. Frente al colonialismo, es esencial poner en primer plano la libre determinación y las voces de los afectados. Samia Messaoudi, figura central de la cultura del recuerdo, también destacó la importancia de fundar su organización “Au nom de la mémoire” en 1990 para mantener viva la memoria de la masacre.
Crítica y reconocimiento
Pero la discusión sobre la calificación del 17 de octubre de 1961 como crimen de Estado sigue siendo políticamente sensible y controvertida. El politólogo Olivier Le Cour Grandmaison señaló la responsabilidad de Maurice Papon, entonces prefecto de policía de París, considerado responsable de las masacres. Emmanuel Macron calificó los actos de “crímenes imperdonables” en 2021, pero el rumbo oficial del gobierno sigue siendo ambivalente. En febrero de 2024, la parlamentaria Sabrina Sebaihi presentó una resolución que reconocía la masacre y fue adoptada por la Asamblea Nacional, pero fue modificada en gran medida.
Estos acontecimientos se dan en el contexto de un debate más amplio sobre la violencia colonial, que no se limita al pasado sino que también plantea cuestiones sociales actuales. Acontecimientos históricos como las protestas en Argelia en 1945 y las brutales reacciones del gobierno francés durante la descolonización han demostrado que la violencia era una parte central de la práctica colonial y que, lamentablemente, todavía hoy tiene repercusiones, como señala la Agencia Federal para la Educación Cívica.
La cobertura de los historiadores y los medios de comunicación tras las masacres fue a menudo engañosa y apoyó la versión oficial de los hechos. El coreógrafo Mehdi Slimani ha centrado este importante capítulo con una obra que ha sido bien recibida desde su estreno en 2011. El evento conmemorativo y las demandas constantes de reconocimiento y justicia son pasos cruciales hacia una cultura curativa del recuerdo que no solo promueve el olvido, sino también un compromiso activo con el pasado colonial.